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Campus Pre QH 2018: Luchando contra los elementos

Si nos gusta el ciclismo es porque nos permite ser libres. Contacto con la naturaleza, montañas por escalar, retos… y lucha contra los elementos. En la Pre QH 2018 peleamos contra casi todos. El frío, el viento y el agua se aliaron el sábado para intentar dejarnos sin entrenar la QH. Solo lo consiguieron a medias. La cima del Portalet marcó la frontera entre el disfrute cicloturista y la osadía. Con el trabajo en subida hecho no había razones para asumir riesgos y es que la naturaleza cuando se pone violenta no entiende las cosas de los humanos.

– CAMPUS PIRITOUR 2018. TOURMALET (7-10 JUNIO) >

Para el IV Campus Pre QH 2018 volvimos a reunir a una grupeta de 20 ciclistas en el Hotel el Churrón de Larrés, nuestra base de operaciones para la QH. El objetivo era, junto a la organización de la QH, Octagon y la Peña Edelweiss, entrenar la prueba el sábado 12 de mayo, asegurarse el dorsal para el día 23 de junio, conocer el recorrido de la Quebrantahuesos sin la tensión del día de la marcha, disfrutar del Valle de Tena y, de regalo, visitar la salida de la Vuelta a Aragón, que en su retorno a las carreteras iniciaba su última etapa en Sabiñánigo. El fin de semana no podía ser más completo.

Por eso cuando el viernes nos reunimos en el Hotel el Churrón para cenar y unas horas antes lucía un solazo sobre el Valle de Tena era casi imposible pensar lo que la naturaleza nos podía deparar al día siguiente. Por los menos el menú de Javier (el cocinero del Churrón) nos había dejado los estómagos satisfechos para lo que pudiese pasar. Durante la cena pudimos hacer todas las cábalas meteorológicas posibles. Tanto que en vez de Antton, Victor, Daniel, Montse, Paula, Victorino, Jaime, Raúl, Gerardo, Juan Carlos, Ángel, Lombao, Valladares, Javi, Nico, Vicente, Juanpe, Imanol, Manu y el que escribe parecía que estábamos reunidos Montesdeoca, Brasero, Maldonado y Picazo (chiste fácil). Congreso de mirar al cielo. La solución, toda la ropa posible en las furgonetas y a esperar.

PRE QH 2018. QUERER ES PODER… CUANDO SE PUEDE

La noche ya fue movidita. Tres tormentas de esas de descargar litros… Aún así por la mañana cielo despejado, desayuno completo y una agradable temperatura de 12 grados. Que para ser las siete y media de la mañana no estaba nada mal. Aplicaciones de móviles en marcha. Anuncian agua desde Jaca hasta la cima de Somport… pero justo en el momento que estamos desayunando. La pantalla del móvil aleja la nube. Así que primer chaparrón salvado.

Como es habitual en nuestros Campus siempre hacemos dos grupos por niveles. En el caso de la Pre QH, sub 8 horas en alguna edición y más de 8 horas. Así que abrigados, aunque menos de los esperado, con cielo gris y sin agua, tocaba pedalear. Llaneo hasta Jaca sin complicaciones. Es más, el viento se ha aliado con nosotros y sopla ligeramente a favor. En cuanto doblamos a la derecha hacia Somport la carretera ya está mojada y con charcos. La aplicación no falla. Acaba de llover. Pero no sobre nosotros.

Aprovechamos la subida a Somport para ir desgranando los entresijos de la QH. Donde guardar fuerzas, dónde comer, cómo afrontar las subidas, tramos para descansar, tramos peligrosos bajar con cuidado… la subida, sin grandes desniveles, da para eso. En Pre QH no se trata de hacer tus KOM, sino de medir el estado de forma para lo que va a suceder dentro de poco más de un mes. Eso sí, entre charla y charla pasamos el túnel del Somport, nos metemos en Canfranc y maldecimos la niebla que nos impide ver la cumbre.

Candanchú, 10 grados en la frontera, avituallamiento, ropa de abrigo, foto y las primeras gotas nos obligan al Grupo 1 (sub 8 horas) a iniciar el descenso hacia Francia. No hay nada peor que mojarse e iniciar un descenso son frío. El Grupo 2 no tiene tanta suerte. Para cuando llega a la cima ya está lloviendo y la temperatura ha bajado varios grados. Casi imposible descender hacia Francia. Solución, recorrido alternativo hacia las subidas de Oroel y San Juan de la Peña, que otra cosa no, pero Sabiñánigo y el entorno de la QH tiene puertos para aburrir. Lluvia y frío evitados y etapa de 2.300 metros de desnivel y 145 kilómetros. Más que suficiente para las condiciones del día.

La Pre QH del Grupo 1 en Strava >
La Pre QH del Grupo 2 en Strava >

Al Grupo 1 nos tocó bajar tranquilamente Somport enfundados en ropa de abrigo y pedalear para entrar en calor por los pueblos del valle de Ossau. El viento soplaba de cara, y, por una vez, se agradecía. No hay nada mejor para un ciclista que dar pedales fuerte para coger temperatura. Avituallamiento en Bedous para coger fuerzas y empezar a probar los geles, barritas e isotónicos de Etixx, que para esta Pre QH era nuestro proveedor de nutrición deportiva. Y ya que paramos vistazo a la aplicación de lluvias… que nos avisa que no debemos quitarnos el chubasquero.

Estaba en lo cierto. En Sarrance las gotas tímidas se empiezan a volver más valientes. La nube que hace unos minutos estaba sobre la Pierre de ST Martin descarga sobre nosotros. Giro a la derecha y al inicio de Marie Blanque no hace falta parar a quitarse nada de ropa. En los cinco primeros kilómetros diluvia, pero con la temperatura corporal no hay problema. Nada de frío. Y menos cuando los desniveles pasan a ser de dos dígitos en los cuatro kilómetros finales. Ha dejado de llover, pero la máquina ya está carburando en uno de los tramos que ningún cicloturista que haya pasado por allí puede olvidar. Eso sí, es casi obligatorio subirlo sentado para impedir que la rueda trasera resbale.

El microclima húmedo del Marie Blanque lo llaman. Razones sobradas encontramos para comprobarlo. Furgoneta en la cima para abrigarse y sin tiempo que perder y sin foto hacia abajo con la mayo precaución del mundo. De Bielle a Laruns toca hacer una serie y quemar vatios para combatir el frío y el agua. El premio se llama Bar Pamplone. Chocolate y café caliente. Un lugar para ponerse ropa seca y esperar a que pase el diluvio. Hay que dar cuenta de las barritas de Etixx y de los bocatas que se ha currado Javi para el avituallamiento. Entre eso y una equipación completamente seca, de calcetines a guantes, la visión del ciclista cambia sobremanera.

En cuanto escampa y tenemos el estómago lleno a las bicis. Hay que terminar los deberes de la QH. La aplicación de lluvias anuncia una pequeña tregua para subir Portalet y hay que aprovecharla. Se agradece empezar a subir para entrar en calor. Los primeros ocho kilómetros ayudan a poner 9el cuerpo de nuevo a carburar y las cuatro gotas que caen ya no son un impedimento. Mojarse subiendo no es el mayor problema.

Desde las viseras aumenta la sensación de frío. Pero para entonces ya hemos dado vía libre para quemar vatios. Toca disfrutar de la bici en uno de los lugares míticos del cicloturismo. Donde casi siempre se sufre. El parón del chocolate nos ha venido de lujo para llegar frescos (juego de palabras que ahora sí hace gracia) a los últimos 10 kilómetros de Portalet. De la respiración sale vaho. El piso está mojado. Los coches que nos adelantan nos miran incrédulos. El cielo está cubierto. No nos hemos cruzado con ningún ciclista desde que entramos en Francia… pero, qué más da. Es nuestro momento. A tope hasta la cima.

Vatios y más vatios entre la nieve. Viento a favor. Y un regalo de 500 metros finales con sol para ver un paisaje único de los Pirineos en mayo. Todo cubierto por un manto blanco. Solo falta un arcoiris en la cima de Portalet para que la sensación sea perfecta. Foto, esta vez sí. Que llegar hasta allí no era sencillo. Café y avituallamiento para reponer fuerzas. La aplicación anuncia lluvia y temperatura de dos grados para el descenso (eso supone una sensación de -5). Así que con el trabajo hecho toca subirse a la furgoneta y no correr riesgos innecesarios. La Hoz quedará ya para el mes de junio.

Y es que la Pre QH no se acaba en el Portalet y en la carretera. Por la tarde tocó hablar y conocer todos los entresijos de la marcha. Daniel Azagra (entrenador nacional) fue el encargado de corregir los errores que habitualmente se cometen a la hora de preparar la prueba y el que escribe de aportar su experiencia tras completar 14 ediciones de la QH. Más de dos horas y media para resolver dudas y conocer, además, la gama de productos de Etixx para el ciclismo. Eso sí, pese a que las barritas tienen un sabor más que aceptable no pueden sustituir a una cena ‘tope gama’ del Hotel El Churrón. (Todavía no han inventado los geles con sabor a merluza en papillote)

DOMINGO… BARBENUTA Y A LA VUELTA ARAGÓN

Reloj a las 08.00, sol, buen desayuno, charleta, buena grupetta…. y solo algo de frío y viento. El planning para el domingo era soltar piernas después de la paliza del sábado, conocer algunos lugares escondidos de los alrededores de Sabiñanigo y ver la salida de los profesionales en la Vuelta a Aragón. Lo primero, descender el repecho de Cartirana para conocerlo antes de sufrirlo en la QH (sí, es esa subidita de un kilómetro cuando sólo quedan cinco para acabar la QH) y después regalo de la meteorología. Viento a favor para llanear camino de Orós y Biescas. Giro a la derecha hacia Cotefablo y de nuevo hacia la derecha para afrontar la ascensión a Barbenuta y Espierre.

La etapa en Strava >

Carretera solitaria, tráfico inexistente, resguardada del viento (que era casi un huracán) y 5,5 kilómetros de ascensión a una media del 5,5%. Ideal para carburar vatios sin sufrir demasiado. Bueno… sufriendo lo que cada uno quiera. Solo los últimos 500 metros nos dan de frente con el viento. En la cima tiempo para ver la nieve del Portalet… y bajar  para hacer el inicio de la Treparriscos (si, esa marcha que la llaman la hermana pequeña y reune a más de 3.000 ciclistas) en sentido contrario.

Repechos y más repechos. Carretera estrecha entre granjas. No puedo evitar que se me venga a la mente el recorrido de la Amstel Gold Race. Terreno para látigos y montar escabechinas. Pero hoy no es el día. Las piernas después del calentón de Barbenuta piden cordura. Pausa hacia Latas. Descenso al Pirenarium que hoy ha cambiado de protagonistas. La salida de la QH tomada por los 140 ciclistas del pelotón profesional de la Vuelta Aragón. Ilustres como Soler, Chavanel, Rosón, Mancebo y los locales Arcas, Castrillo, Barceló, y promesas que en pocos años veremos dando guerra en el World Tour. Todos en la misma línea que sobrepasaremos dentro de un mes.

A nosotros solo nos queda subir el repecho de Cartirana por una de las curvas más peligrosas de la marcha, la del descenso hacia Sabiñánigo. Desde allí podemos echar un último vistazo al Pirineo lleno de nieve y despedirnos hasta dentro de un mes (Bueno… antes iremos al otro lado a saborear el Tourmalet con Joseba Beloki) . (Eso sí, después de cargar las pilas con el menú del Churrón)

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