Quizás la culpa la tuviese George Hincapié, el primero de los amigos de Lance Armstrong que se instaló en Girona. El americano de origen colombiano vivía en una masía cercana a la capital. A Lance le gustó la idea y se compró un duplex en un palacete en el barrio judío de Girona, donde ya vivía su compañero Tayler Hamilton. Era el año 2001, justo cuando empezaba a moverse el mundo de los viajes cicloturistas. Él aguantó allí hasta 2005, pero había encendido la mecha de la Girona ciclista.
Después de Lance siguieron llegando compañeros de equipo norteamericanos, entre ellos Floyd Landis. Después de los profesionales australianos, que incluso hicieron de Girona la sub-sede del equipo Orica y de nuevo los norteamericanos, con Jonathan Vaughters y su Sliptream. Ahora mismo en Girona residen más de medio centenar de ciclistas profesionales que han encontrado un entorno tranquilo sin demasiado tráfico, un clima agradable y la posibilidad de combinar entrenamientos en trazados llanos y de media y alta montaña.
Y lo que vale para el ciclista profesional también es perfecto para el ciclista amateur o cicloturista, que suele buscar entornos similares a los de sus ídolos. Por eso tampoco es raro que los grupos ciclistas busquen casas rurales en Girona para diseñar sus propios stages de entrenamiento en los meses de invierno.
Atractivos de la Girona Ciclista
Varios de los ciclistas que llegaron a Girona a principios del 2000 se han quedado en la ciudad y algunos de ellos han abierto negocios de ciclismo. Desde cafeterías ciclistas a tiendas especializadas. Llegar a Girona supone empezar a oler a ciclismo. La ciudad es un buen punto de partida para cualquiera de las rutas, aunque siempre puedes buscar un entorno más tranquilo en los alrededores. Hay varias casas rurales para ciclistas en las que tienes casi las mismas comodidades que en un hotel y con la ventaja de la libertad de horarios para las comidas, algo que siempre vienen bien al ciclista.
Desde Girona puedes elegir etapa de puertos. Si el día está fresco puedes optar por rodar hacia la Costa Brava en busca del pueblo costero de Port de la Selva. Desde allí tienes 500 metros de desnivel en algo más de ocho kilómetros hasta el Santuari de Sant Pere de Rodes. Otra opción es es Puerto de Sant Grau o alto de Cadiretes a solo 40 kilómetros de Girona. Poco más de siete kilómetros no demasiado duros y con una vistas espectaculares al mar.
Con una temperatura agradable puedes optar por subir a Rocacorba, el puerto que utilizaban Lance o David Millar para hacer sus test. Son 14 kilómetros de subida no demasiado duros y a solo un puñado de kilómetros de la ciudad. O optar por ir hacia el norte y rodar por el entorno del pantano de Bañolas.
Un poco más al norte están todos los puertos de la Garrotxa. El Mare de Déu del Mont tiene más de 18 kilómetros de ascensión. Los 13 kilómetros de Collfred o los 15 del Coll de Santigosa desde Olot.
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Pirineo de Girona
A partir de los meses de abril o mayo ya se puede empezar a hacer alta montaña en Girona. Los Pirineos está relativamente cerca, aunque una etapa desde Girona te supondrá más de 200 kilómetros y 3.500 metros de desnivel, así que no es mala opción cambiar de sede y buscar en algunos de los alojamientos bikefriendly en Cataluña para dormir cerca de los puertos.
Un buen punto de partida puede ser Camprodon. Desde allí tienes muy cerca Vallter 2000, un puerto muy utilizado últimamente en La Volta a Catalunya, con sus más de 20 kilómetros de ascensión y con la cima por encima de los 2.000 metros y el Coll de la Boixeda. También todo el entorno de la Collada de Toses, con sus múltiples ascensiones, de Sa Creueta y la cima de La Molina. Y el ‘desconocido’ col de Jou, uno de los puertos de entorno vintage.