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Pedalear, subir, disfrutar. Campus Montañas de la Costa Blanca

El retorno después de un año difícil para todos. Por eso el objetivo del Campus Montañas de la Costa Blanca era pedalear y disfrutar. Simplemente. Y hacerlo en grupeta y rodeado de amigos ciclistas a los que habíamos echado de menos durante todo este tiempo. Bueno y si ya es en un hotel cinco estrellas como el Denia Marriott La Sella, pues mejor para todos ¿no?

Para este Campus Montañas de la Costa Blanca no había objetivos a corto plazo. Es cierto que en junio iremos a Alpes y en julio a Dolomitas y luego llegarán QH, Strade Bianche, Flandes…, pero el primer paso era disfrutar y pedalear sin prisas, aunque fuese el mes de mayo y no en marzo, cuando solemos hacer este tipo de Campus. La razón, que ya tenemos demasiadas tensiones a nuestro alrededor para crearnos una más. El ciclismo es nuestra válvula de escape y conseguimos que muchas dosis de mal rollo se quedaran allí entre Cumbres del Sol y el Col de Rates

ETAPA 1. VALL DE EBO, PETRACOS Y VALL LAGUART

Lo bueno que tiene la Costa Blanca es que suele asegurar temperaturas excelentes y sol casi todo el año. Así que la primera jornada amaneció con 18 grados, sol y un día para ir de corto. Verano adelantado para los que venían del norte y del centro de la Península. Por la noche ya habíamos probado el menú del Restaurante La Nao del Denia Marriott y por la mañana desayuno buffet con vistas a la piscina y las Montañas de la Costa Blanca. Idílico.

Antes de pedalear paso por el Bike Center del hotel. Cargar los bidones con agua fresca, revisar la presión de las ruedas, visualizar en el mapa la etapa, organizar la mochila para llevarla en el vehículo de apoyo de los mecánicos de Élite Bikes… Vamos, que te sientes igual que los ‘chicos’ del Ag2R, Trek y Lotto este invierno antes de empezar la ruta desde el mismo lugar.

De inicio, pues carretera made in Amstel Gold Race para evitar tráfico. Pedreguer, Benidoleig, el repechito de Sagra para calentar las piernas y Vall de Ebo. Allí, como siempre. Vía libre para calentarse o subir viendo el paisaje y las playas de Denia. Arriba, refrigerio (que ya empezaba a apretar el calor) y a por los repechos de Petracos (otro guiño a las clásicas).

Quedaba Vall Laguart. Estrecho, con algunas rampas de cemento, duro y si vas con algo de fuerza da tiempo hasta ver la base de Aitana. Si no te tienes que conformar con la vegetación de los alrededores y esperar a coronar para disfrutar del Montgó y la bahía de Denia.

Y desde la cima es todo para abajo hacia el hotel… Si, bueno, hay dos repechitos, casi tres. Caballos al salir de Orba, el de llegar a Alcalalí y el de Llosa de Camacho. No se puede acabar una etapa sin algo de tensión, que se enfría la musculatura. Al final 90 kilómetros, 1.700 metros de desnivel, bocatas y cervezas (con y sin alcohol por eso de la recuperación y tal) en meta y…. a disfrutar. ¿De qué? piscina, spa o una buena siesta. Que hasta las 19.30 no empezó la charla de los mecánicos de Elite Bikes sobre el mantenimiento de la bicicleta y las reparaciones de urgencia que nos pueden sacar de un apuro en ruta. También había que aprender algo, ¿no?

ETAPA 2. PUERTO DE BERNIA, COLL DE RATES Y CUMBRES DEL SOL

Si el primer día la grupetta era de ciclistas de San Sebastián, Cuenca, Munich, Madrid, Segovia, Toledo, Alicante, Valencia y Murcia, para la segunda jornada ampliábamos territorios. Málaga y Ceuta. Habíamos diseñado la etapa reina para el sábado. En un principio Puerto de Bernia, Coll de Rates y Sa Creueta, pero con la carretera cortada desde la cima de Rates… nunca viene mal unas Cumbres del Sol para completar kilómetros y desniveles.

Así que de inicio, pues unos cuantos repechos. Los que hay entre Gata de Gorgos y Lliber. Una carretera de esas que son perfectas para jugar a ciclistas. Y en Jalón dos opciones. El grupo más tranquilo rumbo a Bernia por la versión más corta y el que se quería dar más cera por la vertiente larga de Pinos, con sus dos kilómetros al 10% y vistas ‘dolomíticas’ y a la playa de Calpe.

Después un lugar obligado en nuestros campus, el Coll de Rates.  Un puerto que los profesionales ‘machacan’ durante el invierno y que a nosotros nos sirve para disfrutar de la sensación de ‘poder ir rápido’ en una subida. Y más con la tranquilidad que nunca porque el tráfico estaba casi cortado al estar cerrado el puerto en la cima.

Calentón de los buenos en Rates y avituallamiento en Velosol. Un bar con decoración de Flandes es visita obligatoria para nuestra filosofía ciclista. Ya saben. Con una foto de Eddy Merckx y unas cervezas flamencas se nos hacen chiribitas los ojos. También nos sirvió para dividir el grupo. Los que querían piscina y relax, rumbo al hotel, los que se habían quedado con ganas de más, pues Cumbres del Sol, que para eso ha ido allí La Vuelta.

Rampas del 22% para abrir boca. Kilómetros imposibles. Ratos en los que piensas… podíamos haber ido al hotel. Pero si hay piernas, pues a quemar los vatios que nos quedaban. Desde la cima la recompensa es una de las mejores vistas de la Costa Blanca. Además, que en el Giro se subía ese mismo día el Zoncolan y oye, no íbamos a ser menos en eso de pelear contra los porcentajes de dos cifras. Que la etapita se nos había quedado en 120 kilómetros y 2.100 metros de desnivel

Al acabar también teníamos nuestro recovery de Etixx, el bocata, la cervecita (en eso ganamos) y la piscina para ver tranquilamente como sufrían los Bernal (bueno, este algo menos) y compañía. La charla esta vez a las 20.30 y sobre Comunicación, ciclismo, redes sociales, influencers, twitch, podcast….

ETAPA 3. CUANDO TE MOJAS PORQUE QUIERES

Las aplicaciones de lluvias son cada vez más certeras. El sábado ya nos habían dicho que el domingo iba a diluviar, por eso subimos Cumbres del Sol, pero que había un pequeño margen para salir a rodar. Es cierto que hasta las 08.00 estuvo llovizneando, pero a las 09.00 ya solo había agua en la carretera. Así que se podía pedalear sin problema.

Era una etapa de relax para ver sitios interesantes. Llaneo hasta Jávea para subir el Portitxol camino del Cabo de la Nao. Foto postureo ciclista influencer y vista de toda la costa. Después descenso a la Cala de la Granadella, que como estaba nublado pudimos disfrutarla prácticamente vacía. Con café y charleta incluidos.

Y como habíamos bajado a la cala, pues para volver había que ascender esos mismos tres kilómetros, con sus cinco tornantis (ya huelo Dolomitas, que le vamos a hacer). Rumbo a Jávea y aquí la pregunta. ¿Seguimos llaneando hasta el Hotel y no nos mojamos? o ¿Subimos el Montgó y casi seguro que acabamos bajo la lluvia? Victoria por mayoría absoluta de la segunda y… dicho y hecho. Ascensión al Montgó por su vertiente más dura y diluvio universal desde la cima.

En los diez kilómetros hasta el hotel probamos los frenos de disco en agua, la nueva chaqueta impermeable de ULEVEL para el Caja Rural, los botines de agua, el chubasquero… Con 18 grados mojarse, aunque sea mucho, no es un problema. Y más cuando sabes que en el Bike Center del Denia Marriott La Sella tienes tu zona para lavar la bici y llevártela limpita a casa.

Último avituallamiento, última charleta, última cervecita y retorno a los quehaceres diarios. Eso sí, con la certeza de que la rueda del cicloturismo ha comenzado de nuevo a coger velocidad. Así que pedid hueco en el pelotón que ya no vamos a parar este verano.

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