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Campus Pre QH 2017. Enamorados de los Pirineos

Ciclistas y Quebrantahuesos. Una relación de amor imposible de romper… En el III Campus Pre QH, que finalizó el pasado domingo 14 de mayo, casi una veintena de ellos consiguió su dorsal para la edición de la QH 2017. Era el ‘leitmotiv’ principal del Campus, pero no el único. Aprendizaje, amistad y pundonor fueron los valores que también movieron a los ciclistas del Campus Pre QH.

FOTOS PRE QH 2017 >

En esta edición de 2017 el Campus Pre QH, que se celebró en Sabiñánigo del 12 al 14 de mayo,  volvió a estar organizado por la PC Edelweiss, Octagon y la empresa de viajes ciclistas Ciclored.com. Y una vez más no sólo consistió en pedalear, sino también en debatir y retroalimentar nuestros conocimientos sobre la QH, su preparación, su entrenamiento y la forma de ser feliz haciendo el deporte que nos gusta.

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Un fin de semana de cicloturismo integral que tuvo como sede el bike Hotel El Churrón de Larrés y la inestimable colaboración  de la PC Edelweis . Porque el programa, que arrancó el viernes 12 de mayo, englobó los 200 kilómetros de la QH en bicicleta el sábado 13 de mayo y la ascensión a Barbenuta el domingo 14 de mayo.

PRE QH 2017. EL TIEMPO COMO ALIADO

Es la ventaja/desventaja del ciclismo. Se practica al aire libre, así que hay que estar pendiente de la meteorología. Por eso los ciclistas a veces nos convertimos en expertos hombres del tiempo. El agua y las opciones de que lloviese en Somport y Portalet fueron el eje principal de las charletas del viernes. A las a las 21:30 ya estábamos en en el Hotel El Churrón de Larrés (nuestra sede oficial para la QH) sólo se hablaba del tiempo… y de desarrollos, desniveles, perfiles, curvas, manguitos y kilómetros acumulados.  La conclusión era sencilla, más vale prevenir. Y como en la ruta vienen dos furgonetas de apoyo… pues toda la ropa de invierno a la maleta y a esperar los designios de la meteorlogía.

Una de las cosas buenas del ciclismo es la capacidad que tiene para mover a sus practicantes. En este III Campus Pre QH reunimos para dar pedales  a ciclistas del País Vasco, Cantabria, Aragón, Cataluña, Castilla y León,  Madrid, Castilla – La Mancha, Valencia, Alicante, e incluso Colombia. España en bicicleta. Desde los 25 a los 70 años. Ciclistas de todas las edades para disfrutar de una misma pasión, incluso esta vez hasta acompañantes que quieren disfrutar del Pirineo. Cosas del ciclismo.

Y después de cenar a base de los hidratos y proteínas transformados en alimentos apetitosos del Hotel El Churrón (menuda mano que tiene Javier en la cocina) y desayunar a cuerpo de rey, tocaba subirse a la bicicleta. Divididos en dos grupos y por niveles, porque en el Campus Pre QH cabe todo tipo de ciclista, igual que en la QH de dentro de un mes.

La primera alegría la da el sol, que domina a las nubes. Incluso no hace falta ir demasiado abrigado en el llaneo hasta Jaca. Temperatura ideal para que el cuerpo vaya cogiendo temperatura. La va a necesitar porque al inicio de Somport hay que llegar con las piernas en solfa y dispuestas a pegarse el primer calentón. Ritmo suave hasta Canfranc… y después un poco de vidilla para llegar a la cima con la sensación de haber gastado el desayuno.

Cuatro gotillas para recibir nuestra entrada en territorio galo, pero antes a recargar energías y a vestirse de invierno en el avituallamiento de la cima del Somport. Ventajas de llevar furgoneta de apoyo. Tapados hasta arriba para bajar los 8 primeros kilómetros de Somport, los más complicados, que conservan el agua en la carretera de las lluvias de la noche anterior.


Desde Bedous, cuando el descenso se hace más plano, la carretera ya esta seca. Toca dar unos relevos para combatir el viento de cara y plantarnos en Escot, inicio de Marie Blanque. Allí toca volver al verano y al microclima especial de la zona. De las perneras y la chaqueta a la equipación de manga corta. Todo a la furgo… y a disfrutar/sufrir en los cuatro interminables kilómetros de la Dama Blanca. Recuerdo para unos y primera experiencia para otros. Un mes después nos servirá a todos para no quemar allí nuestras naves y guardar energías.

Y es que Marie Blanque es de esos lugares míticos para un ciclista que jamás olvida. No hace falta ni mirar a los carteles que insultan a nuestras piernas con porcentajes medios del 12%. Ni levantar la cabeza (el que pueda) para saber lo que queda. Si has subido alguna vez antes enseguida te das cuenta de que allí es casi imposible jugar. Con sobrevivir es más que suficiente.

En la cima hay que volver a comer y beber y charlar sobre Marie Blanque y volver a abrigarse, pero menos. El verano ha llegado para quedarse por hoy. Solo unas horas han servido para derrotar a la amenaza de la QH de 2016. Por eso podemos bajar hacia Bielle con la tranquilidad de la carretera seca y llanear hasta Laruns ya hasta sin manguitos.

Y de repente, como siempre, Portalet. No sin antes saludar al Aubisque y recordarle lo bien que nos lo pasamos hace unos meses en La Vuelta 2016. Del suave inicio a las rampas duras de las galerías. Todo es psicología en un puerto largo, eterno, en el que da tiempo a perder minutos (o incluso horas) si no llegas con las energías suficientes o has gastado de más en Marie Blanque.

Inicio con viento de cola, plato grande y ritmo constante. A quemar kilómetros. Eaux Chaudes, Gabas, Artouste, descansillo… y ahí empieza lo bueno. Recuerdos ciclistas que se volverán a repetir dentro de un mes. Y enfrente los Pirineos. Con sol. Con nieve. Con belleza. Inmortalizados con el móvil, ese invento que nos devuelve a la cabeza lo que vemos y no queremos olvidar.

Y en medio de este paisaje idílico el ciclismo exige trabajo. Pedaladas, ritmo y más ritmo para afrontar la zona dura. En las galerías el viento pasa de amigo a enemigo. Una dificultad añadida. Un puntito para medir el entrenamiento que llevamos hasta ahora. Da igual. Se trata de disfrutar. De levantar la mirada y ver la frontera como la última meta. Ese lugar que marca el inicio del fin de la QH.

En la cima toca volver a comer. Queda la Hoz de Jaca. Un giro en el camino recto hacia la linea de llegada. A medio camino entre el sufrimiento de dos kilómetros al 10% y el placer de pasar a ras del pantano de Búbal y de disfrutar el ciclismo con buen tiempo, mejor compañía y ninguna prisa. En la QH pasará igual. Acabar para no terminar.

Ahora sí. En el repecho de la presa de Búbal solo resta enfilar la bajada a Biescas y llanear hasta el repecho de Cartirana que nos devuelve al hotel el Churrón con sol y alegría de verano. Deber cumplido.

LA QH, EN PALABRA. Y EL DOMINGO TREPARRISCOS VERSIÓN FREE

En la QH no solo se da pedales… tiene muchos otros aspectos alrededor que son clave para disfrutar. Con esta frase Daniel Azagra arrancó su charla sobre los errores más habituales que se comenten a la hora de preparar la Quebrantahuesos. En la memoria de todos el recuerdo reciente de lo que acaban de finalizar solo una hora y media antes. Pensamientos frescos que sirvieron para retroalimentar los conocimientos de nuestro entrenador.

Daniel Azagra, director de Ciclistas A Tope, desmenuzó todos los aspectos del entrenamiento que hay que tener en cuenta para afrontar un reto como la QH, eso sí, cada uno a su nivel. Adiós a las reglas obligatorias para todos los ciclistas. Hola a la preparación individualizada. Porque, aunque hay normas comunes, cada cicloturista es un mundo y, con sus circunstancias, debe afrontar su vida encima de la bicicleta.

Y después. La QH por dentro. Cómo organizarse los días previos. Qué comer. Cómo entrenar. Cómo afrontar el recorrido. Donde avituallar. Qué ropa llevar según la meteorología. Aspectos a tener en cuenta para que dentro de un mes al cruzar la línea de meta de Sabiñánigo aparezca una sonrisa en la cara de los asistentes al Campus Pre QH.

La cena del sábado y el desayuno del domingo sirvieron para recuperar cuerpo y mente para la etapa que teníamos preparada. Esta vez con guiños a La Vuelta, a la Treparriscos y alguna trampa ‘escondida’. Además, con el sol y la temperatura que hacía era casi obligatorio salir a dar pedales.

Primero descenso de Cartirana para ‘terminar’ la QH que habíamos empezado el sábado. Foto en la zona de salida con el perfil de madera más mítico del cicloturismo español. Y rumbo al inicio de la Treparriscos por Latas y Larrede. Rampas y repechos de quitar plato que dejaron en 2016 a todo un triple ganador de Tour como Chris Froome sin opciones de disputar La Vuelta.

Ideales para disolver el ácido láctico, llegar a Biescas, girar hacia Cotefablo… y descubrir una de esas subidas escondidas. Se llama Barbenuta. Cinco kilómetros y medio al 6% de media y sin ningún coche. Parque de atracciones para ciclistas. Acelerones y cambios de ritmo para despedirse de los Pirineos hasta dentro de un mes. 

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