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Un puerto eterno. La Vuelta al Teide 2021 de Ziortza Villa

La Vuelta al Teide vio la luz el 8 de mayo de 2021 después del aplazamiento de 2020 y los problemas que están teniendo muchas marchas para salir adelante. Así que lo primero es felicitar a la organización por atreverse a afrontar el reto de tirar para delante con un evento en tiempos de pandemia.

Escrito por: Ziortza Villa, Ciclista de Ultrafondo

Para quien no la conozca, la Vuelta al Teide es una ciclodeportiva de velocidad libre dentro del calendario UCI, que cuenta con un recorrido circular por el noroeste de la isla de Tenerife,
sumando un total de 170 km y 4400 metros de desnivel positivos atravesando el Parque Nacional del Teide. También tiene su versión corta y no menos atractiva, la media Vuelta al Teide, arranca a partir de Santiago de Teide, y suma 90 kilómetros  y 2000 metros de desnivel positivo.

En la cita, 700 participantes venidos de 15 países entre los cuales se encontraban 45 mujeres repartidas entre la prueba larga y corta, señal de que la dureza de la prueba no es un impedimento para la participación femenina, que sigue en aumento en las pruebas de gran fondo de todo el mundo.

DORSALES EN LOS REALEJOS, SALIDA EN PUERTO DE LA CRUZ

El día anterior a la prueba, viernes 7 de mayo, turno para la recogida de dorsales en el aparcamiento del llano de Los Realejos (también meta de la prueba) y  cita previa solicitada a la organización con anterioridad, para cumplir con el protocolo anticovid. Al recoger el dorsal también había que firmar la declaración responsable y la declaración de riesgo covid-19. En la bolsa, además del maillot de regalo, en el que podías elegir talla masculina o femenina, una mascarilla serigrafiada.

Aunque la meta era en Los Realejos, la salida estaba prevista para las 7:00 en Playa jardín, centro neurálgico de Puerto de la Cruz. La organización había solicitado a los ciclistas que llegaran antes de las 6:30 para la correcta formación de los cajones de salida, entre los
que se encontraba uno preferente para los ciclistas que estimaban un tiempo total menos a 7:30 en la prueba larga.

La salida en Puerto de la Cruz, el lugar donde se encuentran la mayor parte de los complejos hoteleros del norte de la isla, es una manera de facilitar el desplazamiento a la salida de la mayoría de corredores. Todos puntuales y en sus cajones, así que las 07:00 ya estábamos dando pedales.

El recorrido es fácil de explicar para quien tiene mundo ciclista.  Subir, subir y subir, hasta llegar a Santiago de Teide, donde se vuelve a subir subir y subir hasta coronar el Teide. Después bajar bajar y bajar hasta los Realejos donde estaba la meta.

Pero para ser más exactos la prueba comienza subiendo para salir de Puerto de la Cruz hasta los Realejos y aquí comienza el primer puerto Icod el alto (2º categoría). Fueron 9 kilómetros de ascenso y coronamos a 656 metros de altitud. Tras el descenso y sin solución de continuidad, pues otro puerto, la subida Mirador de Garachico (2º categoría) con sus 532 metros de altitud. La bajada serpenteante de este segundo puerto es una de las más
espectaculares del recorrido, dejando a la derecha en pueblo de Garachico de visita obligada en la isla y sin abandonar en ningún momento las vistas al mar.

Tras este descenso nos encontramos el tramo más amable de la ruta con un falso llano siempre picando para arriba de aproximadamente 9 km hasta alcanzar Buenavista del norte donde estaba situado el primer avituallamiento en el km 57 del rutómetro.

EL ETERNO TEIDE POR MASCA

A partir de ahí el tercer puerto de la jornada, el encadenado Cruz de Gilda y Masca. Una subida que podríamos dividir en tres partes, la que sube hasta el mirador de Baracan, los dos kilómetros que nos acercan al Mirador de Gilda y tras bajar al pueblo de Masca, la propia subida a Masca, la dificultad más reseñable del recorrido con 4,2 km a una pendiente
media de 10,3% de media y que atraviesa un espectacular y salvaje acantilado con vistas al mar y desde donde puede verse tanto la isla de La Palma como la Gomera.

Después de Masca y tras una pequeña bajada de unos 2 kilómetros aproximadamente llegamos a Santiago de Teide, donde estaba situado el segundo avituallamiento en el kilómetro 83 del rutómetro, y donde se daba la salida la  Media Vuelta al Teide a las 11:00, tras el paso de los primeros corredores de la versión larga.

A partir de Santiago del Teide los participantes compartimos recorrido. Y es que quedaba aun mucho por escalar. Primero la subida a Arguayo que se corona a 1118m. Bajada a Chio y desde allí la subida al Teide por la vertiente oeste de la isla. Los carteles de la carretera marcaban los los 40 kilómetros que restaban para llegar a la cita, un dato que a esas alturas no resultaba demasiado alentador. Lo único bueno es que la subida no tenía grandes rampas, sino unos tendidos 5 y 6% que solo en alguna ocasión llegaba al 7%.

Eterno. Pues sí. Pero una vez que se alcanzamos el paraje de las Narices del Teide, ya a 2092 metros de altitud, la vertiente daba un respiro e incluso una ligera bajada de 7 kilómetros para coger aire. Todavía nos quedaba afrontar los los 6 kilómetros finales de ascenso hasta la cota 2.361.

RITMO, RITMO Y RITMO. META EN LOS REALEJOS

En datos técnicos, la subida al Teide nos permitió llevar un ritmo alto con cadencia porque fuimos regulando desde abajo. Al inicio ya llevábamos 2.000 metros de desnivel acumulado y el cansancio se empieza a pagar a partir de los 2.000 metros de altitud, que en el Teide suponen muchos kilómetros de carretera.

El paisaje es sencillamente espectacular, tan salvaje como apoteósico, lo cierto es coronar el
Teide (2. 361 metros), atravesando el Parque Nacional en una ruta circular sin tráfico es un atractivo sin competencia.

Una vez coronado el Teide, sin llegar subir la carretera del teleférico que dejamos a nuestra izquierda y que no tiene bajada, en el kilómetro 128 del rutómetro, comenzamos el descenso por El Portillo hasta los Realejos. Es una bajada larga y mantenida con la única excepción de un repecho de 2 kilómetros en los diez últimos kilómetros de la ruta.

La llegada a los Realejos fue una fiesta, amenizada por speakers y algunos familiares esperando a sus corredores locales. Avituallamiento en meta, descanso y dejarse caer en bici hasta el hotel del Puerto de la Cruz con los ‘deberes hechos’ y un reto logrado.

UNA MARCHA CON FUTURO

La Vuelta al Teide tiene aspectos que me gustaron y que tuvo la oportunidad de agradecer a los organizadores. Lo primero el despliegue de medios destinados a la seguridad del participante, que me pareció impresionante. La señalización de los cruces, las motos, la carretera con muchos tramos cortados al tráfico y los numerosos voluntarios repartidos a lo largo de todo el recorrido. Realmente admirable.

El recorrido es sencillamente espectacular. Duro, muy duro, es cierto, pero bello, muy bello también y sobre todo con el añadido de la posibilidad de subir el Teide en una prueba segura y con velocidad libre. Los tiempos de corte que proponen son amplios y el hecho de que haya un recorrido más corto facilita todo.

La retrasmisión en directo de la prueba por el canal Youtube y los tiempos de paso actualizados en directo de los ciclistas tal y como se hace en muchas pruebas de Europa resulta muy interesante sobre todo para las familias de corredores que llegan de lejos. La fecha y el horario son inmejorables, con muchas horas de luz y un clima más asegurado.

A esto le añadimos la logística hotelera con la que cuenta la isla de Tenerife hacen de esta prueba sin duda cuente con los ingredientes para convertirse en una de las grandes del gran fondo a nivel internacional.

Por ultimo me gustaría destacar porque creo que lo merece el enorme esfuerzo que han tenido que hacer los organizadores para sacar adelante una prueba en esta dura etapa que está viviendo el deporte no profesional durante la pandemia y tanta incertidumbre. Creo que este es un ejemplo perfecto para defender el argumento de cómo se puede organizar una prueba con amplia participación sin penalizar la seguridad y cumpliendo los protocolos sanitarios en todo momento.

Ahora que la situación empieza a mejorar y con el reciente recuerdo de mi participación en la vuelta al Teide, solo me queda trasmitir mis mejores deseos para que la prueba siga creciendo y animar a los ciclistas a que la apunten en su calendario del año que viene porque estoy segura que no les dejara indiferentes.

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