Josu Larrazábal forma parte de eso que han dado en llamar la generación mejor formada. Con sólo 33 años Míster SRM dirige los entrenamientos del Trek Factory Racing Team. Por sus manos han pasado Cancellara, Horner o Andy Schleck. Pese a ser un experto en la medición de watios cada vez que un habla con un ciclista empieza preguntándole por sus sensaciones. ¿Contrasentido? No, más bien sentido común. El que el técnico vasco quiere aplicar al ciclismo actual y el que aconseja que tengan los cicloturistas en sus entrenamientos y dietas.
– Me han chivado que los ciclistas del Trek Factory Racing Team le llaman Mister SRM…
– Es la consecuencia de estar todo el día en las concentraciones y las carreras recogiendo el SRM y los datos, analizándolos y dando el feeback a los corredores y al resto de los directores. Llevo el peso de los entrenamientos en los stages y en las carreras. Al final es el mote fácil.
– Ya que es un experto en la materia ¿ha cambiado la posibilidad de medir por watios la potencia de un ciclista el mundo del ciclismo?
– El mundo del ciclismo no lo han cambiado. Sigue siendo el mismo. Lo que ha revolucionado es el entrenamiento. Lo han simplificado muchísimo. Antes estaba desarrollado a un nivel muy alto en atletismo o ciclismo en pista sin necesidades de potenciómetro. A base de repetir distancias y con un cronómetro era sencillo. En ciclismo era imposible. La carretera es un medio hostil y las condiciones de viento o terreno cambian cada día. El potenciómetro lo que hace es estandarizar todo ese tipo de parámetros. Ahora podemos entrenar igual que el atletismo, la natación en la carretera.
– ¿En qué mejora el entrenamiento por watios al que se hacía anteriormente?
– No es mejor. Sigo utilizando otros métodos. Ahora mismo en el Trek estoy al 50% entre watios y resto de entrenamientos. No vamos a negar que la medición por watios lo facilita todo, más que la frecuencia cardíaca. La potencia no varía y es objetiva. Su mayor aportación es para entrenar los esfuerzos breves. En ellos no se requiere poner en funcionamiento el sistema cardiovascular o lo hace en un corto espacio de tiempo, por lo que no hay respuesta de la frecuencia cardíaca suficiente. Por eso para entrenar los esfuerzos de menos de tres o cuatro minutos la medición por watios es fundamental.
DESMITIFICANDO LOS WATIOS
– ¿El uso de los potenciómetros sirve también para prever lo que va a suceder en la etapa de cada día?
– Nos vale para preveer el rendimiento que uno de nuestros corredores puede dar en carrera y saber sus limites conforme a los test que les hemos realizado. Pero sigue siendo una estimación indirecta del rendimiento. Los test son esfuerzos similares a una contrarreloj, pero las carreras se suelen decidir tras tres o cuatro horas en las que sucede cualquier cosa. Que no coma bien, que haya dos puertos largos, que haya que tirar del pelotón. Eso se nos va a escapar siempre y ahí está el arte del entrenamiento, que es lo que más me gusta. Me gustan los datos para controlar el proceso, cuantificarlo y entender por qué no llegamos a ciertos límites. Pero hay corredores a los que les tapo el SRM.
– ¿El ciclista está ya obsesionado con los watios y su SRM y no escucha a su cuerpo?
– No todos. Pero sí, ahora se ven más corredores de este tipo. Valoran el dato objetivo y les da una seguridad. Lo que no se dan cuenta es que a veces cometen el error de olvidarse de otros detalles que no pueden controlar. Deben buscar el equilibrio.
– Entonces el ciclista de raza y artesano. Aquel que atacaba porque se sentía fuerte sin importarle nada más ¿es una especie en extinción?
– Intento que no se pierda. De hecho las conversaciones con el corredor empiezan así. Él me pregunta por sus datos… y yo por sus sensaciones en carrera. El mundo al revés. A mi me interesa saber lo que siente porque sus datos ya los tengo. Trabajo con los jóvenes para que no se pierda este tipo les mando muchos entrenamiento con frecuencia cardíaca y sin watios.
– Vamos a los datos puros. En la última Vuelta Andalucía Alberto Contador tardó 13 segundos más en subir Haza Llanas que Chris Horner en la Vuelta a España 2013. Ese dato es relevante para un entrenador.
– No. El día que ganó Chris se había subido Monachil y se venía rápido y en la etapa de la Vuelta Andalucía se ha subido La Cabra a menor ritmo. La forma en llegar a la última subida hace que el contexto sea diferente. Ademas el esfuerzo de Chris llegaba en la novena etapa y en septiembre y esta en febrero. No son comparables.
– Entonces ¿las tablas que se publican comparando los watios que necesitó un ciclista para subir un puerto en 1995 comparado con otro ciclista en el mismo puerto en 2014 son útiles?
– No soy un asiduo de las redes sociales. Los que he podido ver sobreestiman los rendimientos, pero son aproximaciones bastante bien ajustadas. Nos sirven para comparar la misma subida en dos momentos diferentes, pero por eso mismo debemos tener cuidado al extrapolar conclusiones excesivas. Es interesante. Me parece bien que se hable en los medios y se comente. Pero está el que va más allá y saca conclusiones. No se dan cuenta que es imposible meter en la ecuación todas las variables que pudieron suceder en aquella etapa.
HORNER, CONTADOR Y EL RETO DE GIRO/TOUR
– ¿Cree que se ha reconocido su labor como entrenador en España? Ya lleva una Vuelta dirigiendo a Chris Horner.
– No me lo había planteado nunca. Es la primera vez que me lo preguntan. Esa Vuelta la ganó el equipo. Yo sólo era el segundo director. A pesar de no tener la responsabilidad máxima me sentí muy partícipe de aquel triunfo. No trabajo por el reconocimiento.
– Con la experiencia que tiene como entrenador ¿en qué grande, Vuelta, Giro o Tour, sufre más agresión el ciclista?
– Es complicado de contestar. Por condiciones las peores están en el Giro. Es mayo, hay días de frío y nieve, sobre todo en las grandes etapas de montaña. Muchas etapas por encima de 2.000 metros. También suelen ser de mayor longitud. En julio en cambio el problema es el calor y la repercusión mediática. Eso provoca que al Tour vayan las mejores plantillas y que sea la carrera más disputada. La Vuelta tiene cambios de los 40º grados de agosto en Sevilla a los 5 que te puedes encontrar en septiembre en la montaña del norte. Quizás lo más extremo lo viví en el Giro en el Gavia y Stelvio.
– En ciclismo siempre se ha hablado de que la clave es la última semana de una gran vuelta. ¿Cómo hace un entrenador para que sus corredores lleguen bien a los días clave?
– Se utiliza mucho en la jerga coloquial. Una gran vuelta la puedes perder en cualquier momento. A la salida hay que llegar cerca del máximo. Y si todo va bien vas a llegar en buena forma al final. Cuando un corredor marca la diferencia en la última semana no es porque haya llegado corto de forma. Puede haber algún caso en que un corredor haya empezado una gran vuelta corto y, sin batalla, haya podido mantenerse delante en la general. Pero normalmente no se hace nunca este planteamiento. No recuerdo a nadie que haya cambiado todo la última semana.
– ¿Se pueden ganar dos grandes vueltas seguidas como se plantea hacer Alberto Contador?
– No tengo los datos para asegurarlo. Si alguien lo puede hacer es Contador. Si ahora lo intenta y no lo consigue no quiere decir que no se pueda hacer. Correr el Tour después del Giro es añadirle un punto de dificultad al Tour. Llegará con un punto de fatiga. Necesitará de unas condiciones. No podrá ganar pase lo que pase. Seguramente que el comienzo de Tour no sea complicado. Después del Giro necesitará un periodo para recuperar la fatiga y luego otro bloque de entrenamiento para mejorar tu condición. En un mes, el espacio entre el final del Giro y el inicio del Tour, no hay tiempo suficiente. Se presentará en la salida del Tour con un gran nivel, pero es posible que al principio le falta un poco.
¿CÓMO DEBE ENTRENAR UN CICLOTURISTA?
– Para el cicloturista común ¿Cómo puede entrenar sin hacer un máster sobre watios y lactato, como los que vienen en cualquier página web del sector?
– El primer consejo es que se pregunte. ¿Quieres un preparador o un médico? Muchos van a hacerse una prueba de esfuerzo de la que salen muchos datos que no sirven para nada al cicloturista. El segundo, que se mida en una subida con un potenciómetro o un simple cronómetro y compare sus datos. Y el tercero, sentido común. Algunos pierden el equilibrio. Debe compaginar su vida laboral y su vida de ciclista. Invertir todo su tiempo y dinero en el entrenamiento es una buena inversión, pero con cabeza. Ajustar bien los objetivos al nivel de entrenamiento que puedas hacer de forma sostenible.
CALENDARIO CICLOTURISTA 2015 >
– Existen muchos mitos sobre la alimentación del ciclista…
– No soy especialista porque siempre he estado en equipos en los que había nutricionista. Mi máxima siempre ha sido que no sirven para nada las dietas y algo que no sea sostenible en el tiempo y modifique tus rutinas. Se trata de ir haciendo pequeños cambio y viendo la respuesta de tu organismo. Hay que comer limpio, variado, muchas verduras y hortaliza. No se trata de comer pasta y pollo. Los días de marchas cicloturistas hay veces gente que prueba cosas nuevas, preparados con mucha glucosa y al final dificulta su digestión, tiene problemas. Es sentido común. No hay que meter al estómago cosas raras. El avituallamiento debe ser agradable y digestible. Nuestros corredores lo que mejor se comen son los bollitos de mermelada que preparan los auxiliares. A barritas y geles sólo se recurren en momentos de máxima intensidad.
– Entonces, ¿qué consejo da a los cicloturistas para recuperar los esfuerzos?
– Lo que sí está claro es que después de hacer un esfuerzo y una competición hay una ventena de cierto tiempo en que el cuerpo es más receptivo a asimilar los nutrientes que te van a ayudar a recuperarte, tanto líquidos, como hidratos de carbono como proteína para regenerar el tejido muscular dañado. Está muy demostrado y es básico. Los batidos de proteína por ejemplo, sólo se deben tomar cuando se ha hecho un entrenamiento cerca de tu límite de intensidad o de duración. Aquí tampoco pesamos la comida.
EL TREK, POR DENTRO
– Con sólo 33 años ya es el entrenador de un equipo multinacional carísimo que se llama Trek ¿Cómo ha llegado hasta aquí?
– Pues con mucho trabajo y estando en el lugar adecuado en el momento adecuado. En 2006 llegué a la Fundación Euskadi con el proyecto de una Escuela de BTT. Trabajaba con juveniles y amateur en Sopelana. Miguel Madariaga me dio la oportunidad de trabajar con el Orbea y luego con el Euskaltel. Cuando tuve la opción hice todo lo posible para no desaprovechar la oportunidad. Fueron seis años con Euskaltel en World Tour y entonces surgió la opción de cambiar a un proyecto más grande.
– ¿Fue tan grande el salto de Euskaltel a la estructura de Trek-RadioShack?
– El mayor y casi único cambio fue la nacionalidad de los ciclistas. En Euskaltel había medios y un grupo humano supremo. Era un equipo pequeño y con poco presupuesto, pero el trabajo era igual de profesional. Aquí estás rodeado con gente de 15 nacionalidades y eso te hace enfrentarte a situaciones que las conoces pero que se afrontan de distinta manera. Era lo que más me motiva.
– ¿Se ve el ciclismo de forma diferente por un australiano que por un sudamericano?
– El ciclismo es igual para todos. Aunque los ciclistas llegan al equipo con mentalidades diferentes les guste o no el ciclismo es el mismo. Es para un líder, unos gregarios. Para deportistas duros. Los valores que teníamos en la sociedad cuando era crío se parecían mucho más a los del ciclismo que ahora. Los chavales que llegan al ciclismo lo han tenido más fácil. Lo que no ha cambiado es el nivel de dureza de carrera. Es igual que en 1960.
– ¿Tiene que redirigir los entrenamientos de los jóvenes que llegan al equipo?
– Mi máxima es no cambiar lo que funciona e ir añadiendo poco a poco aspectos que puedan sumar. Cada vez más los jóvenes llegan con una buena base de entrenamiento. Saben de watios, de potencia, han leído, han registrado todo. Eso no quiere decir que sepan entrenar. Saben de datos pero se pierden en el resto. Con los veteranos es al contrario, tienes que hacerles ver cómo se trasladan sus sensaciones a los datos.