Conseguir un hueco en el siete de Deceuninck Quick Step para la París Roubaix supone que has alcanzado el mejor nivel de tu vida en adoquines. No lo dice un cicloturista cualquiera, sino Davide Martinelli, el hijo del ilustre Giuseppe Martinelli y que en sus cinco años de profesional ha corrido en Sky y Quick Step. Y con un cuerpo, 1,86 y 71 kilos, ideal para las piedras de Roubaix.
Pero para el equipo de Levefere la París Roubaix está al mismo nivel de importancia y exigencia que el Tour de Flandes. Y es que los adoquines más duros del mundo se corren a solo 50 kilómetros de la sede del equipo en la región flamenca y en su recorrido está plagado de paisanos. Es más. Es de la carrera que se habla en Flandes durante meses.
Por eso no es raro que el polémico Nikki Terpstra acabase tan mosqueado en 2018 con Peter Sagan que comprobase la presión de las ruedas del eslovaco, ya ganador, en el Velódromo de Roubaix. Ese día junto al holandés en el entonces solo Quick Step estaban Gilbert, Lampaert, Stybar, Keisse, DeClerq y Senechal. De ellos todos repiten en el equipo para 2019 a excepción del holandés. También faltará Tom Boonen, que colgó la bicicleta en 2017. Parecería que el equipo de Lefevere se ha quedado sin líderes para el ‘Infierno del Norte’, pero hay más candidatos que nunca.
En teoría habría un hueco más para cubrir, pero la primera candidatura es la de Bob Jungels, que ya ganó la carrera en Sub 23 y después de su paso por las Grandes Vueltas parece decidido a intentarlo en la Clásicas de un Día. El triunfo en Lieja Bastogne Lieja tiene su peso.
Pero además de Martinelli están como candidatos Vakoc, Morkox, Sabatini, Kasper Asgren, Jakobsen… y solo tendrán que ir siete. Además, decidir quién es el líder o si van a atacar en ‘The Wolfpack’ como en estos últimos años. Y sobre todo, que cualquier error en los adoquines de Roubaix tendrán repercusión en Flandes durante, al menos, todo un año.
MARTINELLI: «ES LA CARRERA MÁS DURA DEL AÑO»
Pero cómo es la París Roubaix para que apasione a Davide Martinelli y esté loco por verse en el ‘7’ de la gloria del Deceuninck Quicks Step. Pues para él «La carrera más dura de la temporada. Siempre tienes que estar delante porque en cualquier momento te puedes quedar cortado. Y después, si llegas a los últimos 40 kilómetros con opciones empezar a rezar. Porque ahí cualquier error, pinchazo o avería te deja fuera»
Y después está el nivel de la gente que disputa la carrera. «Son los mejores de la disciplina y además es World Tour. Eso quiere decir que se va a tope desde el inicio». Por dentro, la Roubaix es «una batalla en cada tramo de adoquines. Primero para entrar en cabeza y después para rodar a tope por él. Pese a ser tramos planos se hacen a los mismos vatios que un puerto, porque la bicicleta no avanza nada».
Luego están las condiciones de cada ciclista, los vatios que pueda mover en plano y, sobre todo, el conocimiento que tenga de los tramos de adoquines y la técnica. Martinelli pone el ejemplo de Tony Martin, con vatios y cuerpo más que suficientes para hacerlo bien en Roubaix pero que nunca acabó de lucir.
Inevitablemente está la comparación con Flandes. «El adoquín está mucho más roto y separado en Roubaix. Y porque es plano. Si con lo roto que está fuera en subida como en Flandes sería imposible de ascender». Y también las opciones que pueda tener Valverde en la carrera flamenca: «Lo hará bien, eso seguro, pero estar entre los primeros es más complicado de lo que parece. Además en Flandes en la parte central de la carrera se va más tranquilo. En Roubaix eso sería imposible».