Decíamos ayer… Asturias Bike Tour 2020

En el siglo XVI Fray Luis de León, que impartía clases en la Universidad de Salamanca, se pasó varios años encerrado. Cuando salió retomó sus clases con el célebre «Decíamos ayer» a sus alumnos, en una clara alusión a que el tiempo pasado entre una clase y otra no contaba. No está claro si esto fue verdad o solo una leyenda, pero sirve para ilustrar el proceso que todos hemos vivido desde el 14 de marzo, cuando estábamos en el Campus de Calpe, y que nosotros retomamos el 10 de julio al subirnos al bicicleta en el Asturias Bike Tour.

Eso sí, nada del Asturias Bike Tour habría sido posible sin la confianza de Víctor, Jose María, Txema, Jose, Juan Luis, Daniel, Jose Miguel, José Angel, Rober, Ziort y Esther. Junto a ellos volvimos a pedalear en grupo en un Campus, disfrutar de las montañas, de las rutas, del ambiente ciclista y olvidarnos por un momento de todo lo que estaba pasando. Ese era uno de los objetivos y lo acabamos cumpliendo.

El otro era pedalear. Simplemente. Y tener objetivos para compartir y conocer a nuevos ciclistas, nuevas historias, nuevos intereses. Y por qué no, nuevos puertos. Porque en España todavía hay muchos territorios ciclistas sin explorar y Asturias es un de ellos. En los cincos días hicimos 450 kilómetros y 12.500 metros de desnivel, números de Alpes o Dolomitas y cerca de casa. Y paisajes para disfrutar.

TRES DÍAS DE OVIEDO

La primera parada fue Oviedo, con tres etapas por en parque natural de las Ubiñas y Las Mesas. Un lugar habitual de La Vuelta a España, pero con un montón de trampas escondidas que todavía nos quedaron por descubrir.

De inicio, rumbo a Grado para ascender Maravio y clima puro asturiano. 22 grados, humedad y ligera niebla en la cima. Un puerto que solo ha visitado una vez la Vuelta pero que a los 20 kilómetros de ascensión une el asfalto botoso y sobre todo los 5 kilómetros finales con rampas del 15%. Lástima que en la cima la niebla nos dejara sin ver el valle. Nos pudimos desquitar en la ascensión a San Lorenzo desde Teverga. Primero suave y después con seis kilómetros finales siempre por encima del 10%. Foto en la cima y a pedalear por el espectacular desfiladero de Teverga, rodeado ente montañas.

Para que el día fue asturiano le faltaba un poco de orbayo y una pared en forma de puerto para terminar, el Alto de Tenebredo, con dos rampas de un kilómetro al 17%. Ideales para abrir el apetito del bocata de jamón y queso que nos esperaba en meta y el recovery Etixx. Mezclando sabores.

Como el sábado había cena con cachopo, tocaba dar una vuelta de tuerca al recorrido. Primero suave, en bajada hasta Proaza y Barzana, para desde allí afrontar la dupla Cobertoria/Gamoniteiro. Si ya el primero es un puerto de entidad, casi 10 kilómetros a casi el 9% de media. Los seis finales del Gamoniteiro, con rampas de hasta el 16% en algunos tramos, lo hacen uno de los más duros de Europa. Allí las nubes ‘jugaron’ con nosotros. Lo que en la cima de Cobertoria eran 12 grados y niebla, solo dos kilómetros de subida después se convertían en 20 grados y sol. Y sobre todo un paisaje espectacular con todo el manto de nubes y los picos del resto de las montañas a nuestros pies.

Para seguir ganándonos el cachopo había que subir Cordal. Sobre el papel una ‘tachuela’ comparado con Gamoniteiro, pero los 6 kilómetros al 10% pedían otro gel y otra barrita de Etixx para superarlo. El colofón, ya con un día pleno de sol, estaba en el Naranco, el puerto que tantas veces ha hecho historia en La Vuelta. Suave, sin estridencias, pero con 110 kilómetros y 3000 metros de desnivel en las piernas se veía de otra manera. Desde la cima se veía Oviedo… y el Angliru.

Y es que ese era el reto del domingo. El puerto más duro de España y uno de los más duros del mundo. Al Angliru hay que llegar ‘virgen’ de esfuerzos, por eso elegimos la ruta más suave y hasta Viapará no dimos un pedal de más. Desde allí en adelante… solo cabe ir cada uno con sus fuerzas. Lo bueno es que durante toda la subida se mantuvo el día despejado y se veía cada rampa. Les Cabannes, Les Picones, La Cueña, El Aviru… y las vacas. Que cuando no hay ciclista profesionales son las dueñas de la cuesta.

Como sucede en Asturias, la niebla tuvo su protagonismo. Eso sí, solo en la zona de la Cueña. En la bajada, después de comer en Viapará, tocaba innovar. Primero en el descenso, por Cardeo, y luego por una de esas ‘tachuelas’ asturianas, que en cualquier zona del centro de España serían un puerto de seis kilómetros y que allí sirven para hacer la transición entre un puerto y otro.

DOS DÍAS EN CANGAS DE ONÍS

Si hay otro lugar que huele a Vuelta a España en Asturias es la zona de Cangas de Onis, por eso la segunda parte del Asturias Bike Tour transcurría por allí, por la puerta de los Picos de Europa. Un lugar idílico para el ciclista y más si tiene la suerte de disfrutar de dos días de sol y buena temperatura, como nos sucedió a nosotros.

Para el primer día el menú arrancaba en el Mirador del Fito desde Arriondas, pero desde Cangas no íbamos a ir por la carretera nacional, sino por la ruta que empleó la Vuelta en 2018. Repechos escondidos para calentar las piernas antes del Fito. Niebla de salida y solazo en la cima. Ideal para ver los Picos de Europa.
Después rumbo al mito, al primer puerto que se hizo famoso en La Vuelta, a Lagos de Covadonga. Eso sí, antes barrita y un par de geles en Covadonga antes de sufrir en La Huesera y el Mirador de La Reina y disfrutar de los dos lagos Enol y La Ercina. Y todo con 24 grados de temperatura y sol.

Por eso al bajar todavía quedaban ganas de seguir dando pedales y jugar a ciclistas. El Torno nos sirvió para pegarnos un ‘calentón’ en condiciones en sus carreteras sin tráfico y continuos repechos. Al volver al hotel. Otros 120 kilómetros y 3.000 metros de desnivel.

Para el último día nos salíamos del  ‘circuito’ de La Vuelta. Primero parte del Pontón hasta el desfiladero de los Beyos. Giro a la derecha para ascender los tornantis de Les Casielles. Un puerto de curvas enlazadas similar a Lacets de Montvernier, pero con tramos de hasta el 18%. Vistas espectaculares y tranquilidad en la cima.

Y para despedirnos la Collada Llomana, ocho kilómetros por el interior del Valle del Ponga en una carretera sin tráfico y que va siempre entre el 8 y el 10%. Y, esta vez si, desde la cima todo cuesta abajo hasta Cangas de Onis para cerrar la primera edición del Asturias Bike Tour…. que posiblemente no será la última.

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