El navarro venía de la ‘vieja escuela’ de entrenamiento por sensaciones y casi sin mirar el pulsómetro. En 2011 fichó por el Team Sky y desde entonces, pese a las reticencias iniciales, se ha hecho un fiel amigo del potenciómetro. Zandio nos cuenta su vida dentro del Team Sky sobre el que tiene una idea clara: “Aquí ponen a disposición del ciclista todos los medios para mejorar. Luego, tú eres el que decide”.
– Diez años corriendo para la estructura de Unzué en Caisse e Illes Balears… y en 2011 se te ocurre meterte en un equipo recién hecho como el Sky… ¿por qué?
– Necesitaba salir de allí. En los últimos tiempos las cosas no iban bien en Caisse. Surgió la oportunidad de fichar por el Sky y no lo dudé. Al principio iba con un poco de respeto por la situación. Estoy encantado con el cambio.
– ¿Cómo veias el Team Sky desde fuera?
– Pues me lo esperaba realmente mucho más serio de lo que es. Parecía una cosa muy fría, seria, matemática. Y luego cuando llegas aquí ves que es otra cosa distinta.
– Cuando estabas en Caisse y oiste a Dave Brailsford decir que el Team Sky ganaría el Tour con un inglés en menos de cinco años… Seguro que pensaste que estos tíos están locos.
– Está claro que el proyecto era grandísimo, pero la empresa parecía complicada. Ganar el Tour en tan poco tiempo y con un corredor inglés, lo que no había conseguido nadie, era difícil. Pero mira no tardó nada más que tres años. Al principio costó. Pero aquí se trabaja muy bien y están los resultados.
– Eso de pasar todas las matemáticas de la pista a la carretera que proponía el Sky parecía una locura. Mira casos como Joan Llaneras, que nunca funcionó en la carretera.
– Al principio era escéptico. Cuesta creer. El ciclismo al final no tiene muchos secretos. Pero trabajando bien y con gente de calidad los números ayudan. Hacer los entrenamientos más medidos y menos por sensaciones ayuda a mejorar.
– ¿Qué te han cambiado en los entrenamientos desde que llegaste al Team Sky?
– Yo no era de los que hacía los entrenamientos más específicos. Me conocía después de 15 años de ciclismo y no me iba mal. Eso sí, casi siempre entrenaba por sensaciones. Aquí tienes tu preparador que está más encima de ti. Yo no era muy amigo de eso. Pero al final te ayuda a mejorar y se nota.
– ¿Qué haces ahora en el día a día que antes no hacías?
– Pues llevo mi potenciómetro a todos los sitios. Antes ni me lo planteaba. Como mucho el pulsómetro, pero rara vez. Mi caso también es especial. Yo era muy de la vieja escuela. Entrenaba por sensaciones con Chente, Arrieta y la grupetta de allí. Es verdad que hacíamos nuestras series, tanto en solitario como en grupo. Al final el resultado es parecido, pero aquí sí llegas a tener mejor nivel.
– ¿Vas muy pendiente del potenciómetro en carrera? ¿Eres consciente de que… me faltan 10 watios para explotar?
– Ayuda. Hay veces que las sensaciones cambian mucho de un día para otro. En una etapa mueves 400 watios fácil… y al día siguiente no puedes con 350. El cuerpo no siempre está igual y cambias. Las sensaciones a veces engañan, pero el potenciómetro nunca. Llega el día en que tienes que ir a cierta potencia para que no se te escape la fuga y tienes que poner la bici a esa velocidad.
– ¿Se mide desde el coche del directos la media de watios que necesitas mover durante cierto tiempo para atrapar a la fuga?
– No es matemáticas y un día en la fuga se te junta gente de mucho nivel y se va todo al garete. Pero es verdad que a la hora de trabajar es una buena ayuda para regularte y saber donde puedes llegar. Das lo que das y con eso no vas a andar más, pero puedes controlar.
– ¿Al llegar a meta te dice el médico y el nutricionista la cantidad que debes comer para recuperar el esfuerzo?
– Aquí se hace mucho hincapié en la alimentación. También en el descanso. No te falta de nada. Está todo a tu disposición. El equipo pone todos los conocimientos que tiene para que no te falte de nada. Eso ayuda. Llegar al hotel y que el cocinero haya preparado una dieta específica y que a la vez entre bien. No es siempre pollo y arroz, que acabas hasta las narices. Cambian cada día y eso se agradece. Rompe con la rutina.
– En un training camp como el de diciembre o enero en Alcudia, ¿cual es la rutina diaria?
– Desayuno. Sobre las 10 de la mañana salimos en bici. Suele haber tres días de carga de intensidad y otro de descanso. Al llegar masaje y después las actividades. Que si con el de la ropa, que si los mecánicos… vamos probando todo el material y todos los proveedores del equipo para luego nada falle. Cenamos tempranito, que aquí hay horario extranjero y cuesta.
– Y a las 21.30 o 22.00 a dormir…
– Bueno… Eso no es tan fácil. Pero al final siempre acabas acostándote temprano.
– ¿Qué calendario tienes para 2014?
– Empiezo corriendo bastante poco, pero mi objetivo es el Giro. Tendré que llegar lo mejor posible para echar una mano a Richie Porte. No seré una pieza clave, porque hay otros corredores. Mi trabajo será en etapas llanas y de media montaña.
– Xabi Zandio, de profesión gregario. ¿Cómo se lo explicas a los conocidos que no entienden de ciclismo?
– El que no entiende de ciclismo me dice. ¿Porque no vas tú a rueda y luego ganas? Les digo. “Si es que yo no puedo ganar”. Y me dicen, si fueras a rueda ganarias… y les explico. “Que no, que no… que no ganaría”. Sé cual es mi trabajo y aquí me valoran por lo que hago. He firmado esta temporada y otra más.
– Hasta cuando tenemos Xabi Zandio, porque ya no eres un chaval…
– No sé. Vamos con lo que tenemos firmado. Ahora hay muchos ciclistas que tienen nivel a partir de los 35 o 36 años. Todavía no he sentido que me haya bajado el nivel. El año que viene haré los 37.
– Si una temporada no vas bien en carretera, ¿dudas?
– Si. Pero bueno, llevo 14 años en esto y me conozco. Es cierto que ha habido temporadas en las que en el momento clave no he rendido, pero al final acaba siendo normal. No se si cuando note el bajón será porque he bajado el pistón… o por lo viejo que soy.
