Cada bicicleta con su patilla. No, no son las extremidades de Chris Froome, sino esa pieza que une el cuadro con el cambio trasero. Si se rompe… ya puedes tener a mano una buena tienda porque encontrar una del modelo exacto de tu bicicleta no es nada sencillo. Supone horas de trabajo buceando por internet y como poco una semana de retraso en los envíos. Así que al Team Ciclored se nos tenía que ocurrir algo para solucionar dos patillas.
Como ya sabeis la Vuelta es un almacén de bicicletas ambulante. Si se te rompe el componente más extraño de tu máquina no hay mejor sitio para buscarlo que buceando entre los equipos. En nuestro caso nos tocaba echar mano de Garmin-Sharp, que también trabaja con Cerveló. Y no hay nada mejor que las relaciones públicas para pedir favores. Henar Calleja, nuestra amiga de Skoda, lleva dos años haciendo reportajes al conjunto norteamericano, así que esa era la vía.
Fue tan sencillo como que nos recomendara a Bingen Fernández, el director del Garmin en La Vuelta, para que se nos abrieran todas las puertas del equipo. En pocos minutos teníamos a nuestra disposición todas las patillas de R3 y R5 que pudiésemos necesitar y con los mecánicos del equipo explicándonos todos los trucos necesarios para dejar fino fino el cambio de las Cerveló. Y, además, mientras que limpiaban y colocaban todas las bicicletas después de la etapa de Monte Castrove. ¿Qué más se puede pedir a un equipo profesional?
[imageeffect image=»5861″ target=»_self» link=»https://ciclored.com/historias-de-la-vuelta-2014/»]
Para la etapa de Monte Castrove nos tocaba comenzar en A Lama, cerca de una de las ‘jail’ más famosas de España. Información ‘turística’ que resultó más relevante de lo que creíamos para nuestros amigos australianos. Vamos, que les valió para bromear durante los primeros 10 kilómetros pestosos por las estribaciones del Parque Nacional de Pindo.
Como ya sabeis las carreteras de Galicia no tienen grandes puertos, pero sí una sucesión interminable de repechos ideales para emboscadas con carreteras estrechas y curvas. Un ‘territorio comanche’ a salvo de coches que nos sirvió para ‘jugar a ciclistas’. Ataques subiendo, bajando y en los cinco kilómetros ‘llanos’. Descansito en Pontevedra para tomar fuerzas y hacia Poio en busca del Monte Castrove.
La ascensión nos iba a sorprender. Casi ocho kilómetros con muchos tramos por encima del 12% salpicados con algún descansillo. La media del 7% que marcaba el libro de ruta era de lo más engañosa. Sólo un apunte matématico que tenía poco que ver con la realidad. Las cuestas gallegas hicieron mella en las piernas del grupo así que levantar los brazos para cruzar la línea de meta de Castrove fue un premio casi del mismo nivel que subir al podio.
Esta vez tocaba disfrutar de la hospitalidad de la Vuelta. Visita a los interiores de un evento así. Sala de prensa, foto en el podio con nuestra amiga Mavi, la azafata más simpática de La Vuelta, producción de RTVE y a comer y beber en la Zona VIP de Monte Castrove. Televisión en directo y a sólo 10 metros de la línea de meta. Mejor imposible, ¿no?
[imageeffect image=»6031″ target=»_self»]
En la carrera ya sabeis lo que pasó. Que los acelerones de Valverde, Purito y Contador en las primeras rampas sólo sirvieron para preparar el terreno del ataque de Froome, que a tres de meta se decidió a ir a por la Vuelta a España. Atrapó a Aru y entre los dos abrieron 13 segundos con respecto a los españoles. Casi lo mismo que en Lagos de Covadonga con la mitad de kilómetros de ascensión. Así es el ciclismo.
En meta también nos dio tiempo a trabajar en relaciones públicas. Primero en el Telediario, que nos utilizó como fondo de la presentación de Pedro Delgado y Josué Elena. Después con Óscar Pereiro, en la foto que nos faltaba con los ganadores de Tour españoles y el maillot Ciclored y para rematar la etapa publicidad para Manchavan, que tuvo su furgoneta a sólo unos metros de la línea de meta…
ESTOS SON LOS PRECIOS DE LAS CERVELOS >
PARA COMPRARLAS SÓLO ESCRÍBENOS A CICLOREDVIAJES@GMAIL.COM
