Cima de La Alpujarra granadina (1.500 metros de altitud). Línea de meta de la octava etapa de la Vuelta 2015. 35 grados a la sombra. Hace 15 minutos que ha acabado la batalla y el asfalto está cubierto de… medias tobilleras de mujer. Las puedes elegir. Color negro noche de locura o color carne casto y puro, el que se puso de moda en la España de los años 50.
Más de medio siglo después han cambiado su uso. De combatir el frío de las damas en los inviernos castellanos con algo de distinción a solventar el calentón el calor del agosto andaluz que tiene que soportar el pelotón.
El truco es sencillo. Un puñado de hielo en cada una de las medias, un buen nudo para que no se escape y los auxiliares de todos los equipos en meta repartiendo medias para que los ciclistas se las pongan en el cuello. Se trata de bajar la temperatura corporal de forma rápida para iniciar la recuperación.
Aún así a la mayoría del pelotón (sólo los líderes bajan en coche) le queda curro por delante. No sólo hay que hacer 200 kilómetros a fuego (el asfalto quemaba ayer) sino que al coronar hay que cambiarse de ropa, abrigarse, comer algo, beber e iniciar el descenso en bici… 30 kilómetros con repecho incluido (el pobre Diego Rosa (Astaná) bromeaba cuando se lo dijimos) hasta Lanjarón, que es donde se quedaron los buses de los equipos. Trabajo extra para reducir el ácido láctico sin necesidad de rodillos…
ETAPA 7. LA ALPUJARRA GRANADINA
Habíamos dejado La Vuelta en Estepona para subir Peñas Blancas y marcharnos a Granada (Veleta, Monachil, Hazallanas… eso os lo contaremos más abajo) y nos reenganchamos en la cima de La Alpujarra. Y si vamos a Granada… pues hay que echar mano de los amigos Ciclored.com, así que llamadita a Tania y Antonio y rumbo a Lanjarón.
A pedalear rumbo a lo desconocido. La cara B de Sierra Nevada. Calor extremo y un puerto largo, con descansillos y sin fuertes desniveles. Desde Lanjarón 30 kilómetros de ascensión continua hasta los 1.500 metros. Ideal para entrenar… y para volver en el mes de octubre en el viaje de Pirados ¿no?
Pero vamos a La Vuelta. Sorpresa. A 6,5 kilómetros de meta dos conductores se empeñaron comprobar si sus vehículos podían pasar a la vez por una curva en una carretera estrecha. Respuesta. No. Resultado. Los dos encajonados entre la montaña y el desfiladero. Consecuencia. Un atasco tremendo a tres horas de que pasara el pelotón. Solución. Menos mal que estaba la Guardia Civil que trabaja para La Vuelta para solventar el entuerto.
En meta toca pasar calor. No hay sombra que suficiente para combatir los 35 grados ni cobertura de móvil para todos los periodistas que estamos allí. Sólo el colombiano que acompaña al Team Colombia es capaz de retransmitir para la radio y sin cortes con un móvil, un portatil, un micro y sentado en una silla de camping. Periodismo de raza.
Por la tele la etapa nos da pistas de lo que puede pasar en La Vuelta. El primero en ‘petar’ (término globlero por excelencia) es Froome. Sufre a dos kilómetros de meta y sus dos compañeros, Nieve y Roche, están muy por delante de él en la grupetta. Ninguno le espera. Pierde 35 segundos.. y llega solo. Y al coronar enseguida tira para abajo en bicicleta en busca del bus. ¿No será el líder real del Sky?
Tranquilidad hasta que pasa el primer ciclista la línea de meta. Después todo es revuelo. Los auxiliares corriendo con 9 bolsas de avituallamiento al cuello, dos neveras con agua fría y recuperador, las medias con los hielos, y varios con el rodillo debajo del brazo por si a alguno de los suyos tiene que subir al podio y quiere soltar piernas enseguida.
Las caras de los corredores lo dicen todo. Calor extremo. Un puerto no demasiado duro y un final a todo trapo. Dan Martin, que atacó a kilómetro y medio de coronar, sólo necesita asfalto duro y una valla para recuperar. Casi desencajado.
Jesper Hansen, el joven escalador del Tinkoff, entra dando tiritones pese a los 35 grados y casi sin poder bajarse de la bici. A Ricardo Zoidl, la promesa del Trek, le duelen casi todos los músculos del cuerpo. Casi igual que a Frank Schleck, con muecas de sufrimiento hasta para abrocharse el maillot seco.
Y justo después de pasar la zona de prensa comienza la misma cantinela. ‘Aficionados’ empeñados en que los ciclistas les regalen un bidón, una gorra, un maillot o, si se tercia, hasta la bicicleta (un saludo Ambrossini…)
Se los piden a gritos. Casi como si fuera una obligación regalar la equipación una vez pasada la línea de meta, con 200 kilómetros en las piernas y pensando en la batalla de mañana. La feria ambulante del ciclismo en la que parece que todo es gratis.
SIERRA NEVADA… PEDALEANDO CON MANTECÓN
La Vuelta etapas ‘llanas’ de Alcalá y Cazorla. 650 y 2.200 metros de desnivel según el Libro de Ruta y algunos más por el GPS de Dan Martin o Carlos Barbero. Así que como estábamos fuertes decidimos superar al pelotón y darnos dos calentones de época en Granada.
Sierra Nevada y sus múltiples ascensiones. Zona ideal para entrenar y lugar ideal para las sorpresas. La primera nada más salir. Camino de Monachil nos adelanta un Trek. Equipación del equipo profesional, casco con los logos, bicicleta (de las caras) con la publi del Trek y un pedaleo ágil.
Saludo. Habla castellano. Zubeldia e Irizar, los dos españoles de Trek están en la Vuelta… repaso mental. ¿Quién puede ser? Vistazo al cuadro de la bici (todas van ahora con apellido) y respuesta. Sergio Mantecón. El biker del Trek Factory Team MTB está entrenando con la selección española en Pradollano para preparar el Mundial de Marathón, que se disputa en Andorra la semana que viene.
Va suave y en día de recuperación. Nos invita a seguir su ritmo. Cuesta. Pero no todos los días se puede ir con alguien de su nivel. Así que intercambiamos secretos, debates y amigos comunes (el mundo es un pañuelo, saben).
La charla se la lleva por medio el que escribe. Empeñado a probar el asfalto del descenso de Monachil. Menos mal que el bueno de Mantecón está ahí para socorrerme. Ya tienes un grito de ánimo más para el Mundial. Chapa y pintura… pero adiós al etapón previsto. Me tengo que conformar con 1.200 metros de desnivel.
Al día siguiente había que resarcirse. Etapón por Guejar Sierra, Hazallanas, parte de la subida del Duque y por la Hoya de la Mora hasta la valla de Sierra Nevada. En números. Salida de Granada y 40 kilómetros de ascensión para acumular 2.200 metros de desnivel. Adiós Granada (jueves, garito de tapas infinitas, las discotecas abiertas… Volveremos en octubre)