QH 2015. QH 2015. QH 2015… Sí. Estamos locos por el ciclismo. Sí. Nos encanta compartir nuestra pasión con los viajeros Ciclored. Y no. No nos importa trabajar al máximo para que cicloturistas como nosotros sean felices haciendo lo que más le gusta. Sufrir en el Marie Blanque. Sudar la gota gorda en el Portalet. Comerse las uñas en la línea de salida del Pirenarium con las pulsaciones a 150. O bajar Somport sin coches y disfrutando del empuje de un peloton de 8.000 ciclistas.
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Fotos QH 2015. Marie Blanque (Cortesía de Abel Sáez) >
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La QH 2015 no empezó a las 07.30 del sábado 20 de junio. Ni un día o dos antes cuando la mayoría de los cicloturista llegó a Sabiñánigo. Ni siquiera en enero o febrero cuando comenzamos a entrenar. Lo hizo en el mismo momento en que levantaron los brazos en la línea de meta en 2014 y sintieron esa sensación irrefrenable de volver.
A la mayoría los calificaron como locos o friquis. Les dio igual. Igual que las horas de entrenamiento, cuidado de comidas o madrugones para salir a entrenar. Todo por repetir QH. Por compartir pasiones. Por sentirse un fin de semana rodeado de casi 10.000 colgados como él. Por olvidarse del resto de preocupaciones y centrarse solo en PEDALEAR.
JUEVES Y VIERNES… VAMOS A PONER LAS PIENNAS A PUNTO
La crónica de la QH 2015 arrancó el jueves 18 cuando comenzaron a llegar viajeros al Hotel El Churrón, de Larrés. Un lugar que se ha convertido en nuestra casa y en el que nos tratan como tal. Caras de tensión, bromas, comida… y a las bicicletas. No había tiempo que perder. Así que por la tarde primer contacto con los Pirineos. Suave. Rutita camino de Gavín para sudar un poco y empezar a hacer amigos. Teníamos donde elegir. Canarios, valencianos, malagueños, manchegos… e infiltrado entre todos ellos el italiano Andrea Tonti. Un ex profesional al que le tocaba ir de globero en la QH (vale, corrió 7 Giros y 2 Vueltas… pero la Quebrantahuesos tiene esencia propia, o no?)
Sólo 50 kilómetros, pero ideales para probar la bici y echar mano del experto, Víctor, de Bicicletas Ryva, que durante cuatro días ayudó a todos nuestros viajeros a mantener su bicicleta a punto. Cena y tertulia… No hace falta que les diga sobre qué tema ¿Verdad?
Para el viernes el planning era seguir adecuando el cuerpo a los esfuerzos que esperaban en la QH. Así que por la mañana una nueva ruta. Esta vez sólo para conocer el repecho de Cartirana (sí, esa trampa a cuatro kilómetros de meta) y su descenso por carretera botosa. El pelotón había crecido hasta los 50 ciclistas (Melilla, Sencelles, La Roda, Madrid, Lucena, Barcelona, Campillos, Jun, Cambrils….) y en los planos de Jaca se nos unieron dos chicos con una Trek que se estaban preparando para el Tour. Markel y Haimar dijeron que se llamaban. Se empeñaron tanto que les tuvimos que dejar que nos dieran un relevo y nos hicieran disfrutar a su rueda. Pero solo un poco… que la cabeza y las piernas ya estaban en el Marie Blanque.
Duchita en el Churrón, a comer… y a la Expo QH 2015, ese lugar en casi convertido en un paraíso para los cicloturistas. Bicicletas, barritas, geles, un tal Indurain, componentes de última generación, la ropa de ULB, cerveza fresca y la ocasión de encontrarte con los ciclistas con los que has compartido un millón de kilómetros… y que parecen distintos sin casco ni gafas.
Con el dorsal en la bici.. ya solo quedaba cenar, recargar de hidratos el cuerpo (sí, otra vez, por si acaso), colocar bien a la vista toda la ropa de bici en la habitación del hotel y a la cama temprano a intentar dormir. Una tarea casi más complicada que subir el Marie Blanque, que a casi todos se nos aparecía en vigilia intentando conciliar el sueño.
A DAR PEDALES.. QH 2015
Despertador a las 05:15 (para el que lo necesitara, porque alguno ya velaba armas desde mucho antes) y al buffet de desayuno. Otra vez a comer… y eso que los ciclistas estais delgados, con lo que zampais… Pues sí, porque energía iba a hacer falta. Y mucha.
06:45. Los cajones de salida ya están repletos. Faltan 45 minutos. Sí, y ¿qué? Venga, que den el petardazo ya. Y que hago yo todo este tiempo si ya tengo las uñas a ras de dedos. Vale, pues una barrita. No, no. Me la guardo para el Portalet. Un trago de agua. Jo. Tampoco que quiero ir con los bidones llenos hasta Somport. Pues charlo con el de al lado. Vale. Y ahora un selfie y se lo envío a la grupetta (no que quedo sin batería en el móvil). Y una ‘meadita’. Seguro que ya es hora. Pues no. Quedan otra media hora…
07.30. Prrummmrmmrmr… Vale. Suena el chupinazo. Sale Indurain. Y a mi cuando me toca… A ese ya no lo pillo ni queriendo. Venga va. Si solo son 200 kilómetros. Un pie al pedal. Cala ok. Click. 200 metros a patinete. Pita el chip. Si… Ya estoy rodando. Y ahora… pues otra pedalada y la siguiente, y una más.
Asi, hasta Sabiñánigo de nuevo. En mitad. Un millón de emociones, sudores, cansancio, bidones de agua salvadores, el chaleco arriba y abajo. Menudo vendaval que pega en Somport (menos mal que llevo 8.000 ruedas para taparme). Un rato con manguitos, otro sin ellos. Jo el subidón que me da este gel. ¿A qué hora se han levantado los que están animando en Somport? Pues esta vez en la bajada no hay niebla. Llevamos mucho rato bajando el Somport ¿no? Que llegue el avituallamiento ya. A ver cuando aplanan el Marie Blanque. Entonces ¿era al 13% este kilómetro?. Abel.. hazme una foto que corono.
Y ahora planito hasta Laruns y a zamparme la media docena de barritas que conservo. El Portalet era más corto ¿no? Si el paisaje es bonito pero con un poco menos de calor. Agua, agua… ¿Me puede llenar los bidones? ¿Creo que me ha sonreído al dármelos? ¿A que he ligado? No, no, que me queda medio Portalet. Y este rampón en la presa. ¿Pero no era suave? Jo. Llevo el aire a favor y no avanzo. ¿Quién puso estos carteles con los desniveles? Venga un poquito más. La Hoz ¿A quién se le ocurrió? Del suelo de hormigón a la cima 500 metros. ¿Ya se ha acabado? Ahora todo viento a favor, bajada… y ¿Quién ha puesto este repecho aquí? Bueno. Meta seguro. La calle esta de Sabiñánigo pica un poco ¿no?
¿Y si levanto los brazos? Me lo he ganao, ¿no? Y la cerveza de después, y el plátano, y la fideua, y el whatsapp petao con mensajes a ver cómo se ha dado. Que no he ganado… se adelantó Indurain, atacó de inicio y me pilló frío y mal colocado, pero iba con buenas piernas… Se creen estos que voy a llegar tan temprano, claro. Y a contar tu batallita. Y a escuchar la del colega. Y a comparar. Y la medalla, el diploma, otra cerveza (que son gratis). Y si voy al masaje (bueno, una ducha antes, mejor).
Ahora a cenar. Más batallitas. Parece que estoy volviendo a subir el Portalet. Venga ya que has pinchado (se te ha ido la medalla de oro por eso). Pues yo creía que estaba peor. Que sí, que estoy bien. Un plato más de pasta por favor. Entonces… en 2016 volvemos ¿no?
