El secreto está en descansar. Omar Fraile representa a la nueva generación del ciclismo español. En julio cumple 26 años y ya tiene un maillot de la montaña en La Vuelta a sus espaldas. Para conseguirlo le tocó currar y meterse en las fugas día tras día. Cansancio acumulado que necesitaba recuperación que el ciclista vizcaino resolvió a base de sueño. Hasta 13 horas de cama y cabezadas de autobús se metía para llegar a vestirse de lunares azules. Omar nos recibió en el hotel del Dimension Data por el que fichó tras el éxito de la Vuelta. Todavía le queda definir su rol y en este 2016 con Giro, Clásicas y Vuelta tendrá tiempo para llevar la contraria a los que dicen que el ciclismo español no tiene cantera.
CAMPUS CICLORED CON JOSEBA BELOKI >
– ¿Cómo se está adaptando Omar Fraile al Dimension Data después del salto desde Caja Rural?
– Bastante bien. Hay unión y comunicación en el equipo. Lo hacen fácil. Estoy contento y cada día más adaptado. Las cosas están saliendo bien por ahora. Tanto en Mallorca con en La Vuelta Andalucía he conseguido buenos resultados.
– ¿Qué cambia de estar en un continental como Caja Rural a un World Tour como Dimension Data ?
– A la hora de trabajar no hay grandes cambios. Igual a nivel organizativo. Aquí hay una persona para cada cosa y es normal que todo salga más organizado. La gran diferencia es el calendario. Ya sé qué voy a correr en 2016 y eso hace que pueda llevar una planificación mucho mejor y pueda llegar al objetivo en perfecto estado.
– Cuando llega el primer día a la concentración del Dimension Data ¿Qué es lo que más le sorprende?
– Que hay todo tipo de culturas. En Caja Rural había corredores extranjeros, pero la base era navarra. Aquí hay gente de Eritrea, de Sudáfrica, de Alemania… Lo sorprendente es que con ciclistas de tantos lugares distintos hubiese tan buen ambiente. Desde el primer momento me he visto muy unido al grupo. Entre todos te ayudan a integrarte.
LA BIENVENIDA DEL TEAM DIMESIÓN DATA A OMAR FRAILE
“EN LA VUELTA, PARA RECUPERAR, ME ECHABA LA SIESTA EN EL AUTOBÚS”
– Lo que si está obligado es a hablar inglés.
– No es un gran problema. Es cierto que hay un núcleo español con Igor Anton, Alex Sans… pero ya he compartido habitación con Cameron. Es cuestión de tiempo y me manejo bien con el idioma. Lo perfeccionaré y me vendrá bien para el futuro.
– Los medios consideran el maillot de la montaña de La Vuelta como algo secundario, pero usted le ha sacado un buen rendimiento en 2015.
– Para mí es el segundo maillot más importante en cualquier gran vuelta. Es una clasificación golosa y le pude sacar partido. La verdad es que no me imaginaba disputando la Montaña. Y mira, en la primera gran Vuelta que corro acabo ganándola.
– Ganar el maillot de la montaña implica estar todos los días de puertos atento para coger la fuga buena.
– El mayor problema era ir con la calculadora todos los días. Había que coger varias fugas. Con una o dos no valía. Además era mi primera Vuelta y no sabía cómo iba a responder el cuerpo. Estaba bien de forma… pero no era fácil. Me tuve que olvidar de ganar una etapa. El día de Andorra iba en la fuga, pero no llevaba piernas. El día que ganó Schleck en Asturias igual. Había sumado tres escapadas seguidas y la fatiga estaba allí.
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– ¿Cómo se recupera de un día para otro en una vuelta de tres semanas… y más sin días de ‘oficina’ y siempre en fuga?
– Muchas veces tocaba gastar lo mínimo y levantar el pie. Me ayudó mucho gente como David Arroyo y el director Josemi.
– Pero ¿algún truco habrá para recuperar esos esfuerzos?
– Descansar, descansar y descansar. Al acabar la etapa rápidamente pasaba por el podio y me iba al autobús, me duchaba, comía y a dormir. El viaje en bus hasta el hotel… durmiendo. Llegaba al hotel. Masaje, estirar bien, cena y a dormir. Y al final cuantas más horas le ganas al cuerpo durmiendo se nota. En 21 días de competición puedes ganar hasta 24 horas de sueño y eso es clave. Acaba marcando la diferencia. Me lo explicó Arroyo y lo entendí enseguida. Y es verdad.
– Entonces. En La Vuelta ¿cuantas horas de media dormía al día?
– Más de 10 horas diarias. Por la noche ya dormía esas horas. Y había que sumar el rato del traslado del hotel a la salida y el traslado de la meta al hotel…. como mínimo 12 o 13 horas diarias.
– Con tanto sueño, el compañero de habitación estaría aburrido.
– (Risas) Al final todos estamos a lo mismo. A La Vuelta vamos a trabajar y no ha disfrutar. Se trata de descansar.
– Entre el sueño, las horas de hotel y lo rápido que van en carrera… Paisajes vio pocos.
– Nada. Absolutamente. Un poco cuando se va tranquilo… Pero eso son pocas veces.
“NO LO VOY A NEGAR. EN PRETEMPORADA SÍ QUE PASO HAMBRE”
– Ahora mismo hay una ‘locura’ con el Strava. El programa permite medir a cicloturistas, master y ciclistas profesionales en determinados segmentos y puertos y ya hay quien alardea de subir más rápido que vosotros. Quizás es que no entienden la diferencia entre la competición y la prueba recreativa o entrenamiento.
– Muchas veces pasa que la cabeza del pelotón sube más lento que el mejor tiempo en determinados segmentos en strava. Ya me han hecho alguna vez el comentario y realmente no saben lo que anda un profesional. A veces llevamos 18 días de competición con 3.000 kilómetros en las piernas y lo comparan con alguien que acaba de salir de su casa con cinco días de descanso. Pero bueno, hay que dejarle la ilusión a la gente. Los aficionados de verdad son humildes y saben de qué va el rollo. Me fastidia lo que van de prepontentes.
– La gran diferencia entre el profesional y el máster con galones strava ¿Cual es?
– El que llega a profesional ha pasado por un proceso de selección. Nuestra vida cambia totalmente cuando pasamos a profesionales. Mi día a día pasa por levantarme, hacer core en ayunas, desayuno, entrenar, comida, siesta, masaje, cena y a dormir. Al final pasas unas 12 horas en la cama. Y lo demás es entrenar y masaje dos o tres veces por semana. Y en las concentraciones todos los días. Es la gran diferencia con un máster. Nosotros nos dedicamos al 100% y ellos tienen que trabajar.
– Y en el tema de la dieta.
– Pues cuidamos hasta el mínimo detalle. No nos metemos nada a la boca que no sea lo adecuado. Los dietistas nos marcan la pauta y nos controlan el peso y la grasa. Tienes que esto, lo otro… Es nuestro trabajo y disfruto con ello.
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– Pero hambre sí que pasan.
– Pues en determinados momentos de la temporada sí. Se pasa hambre. Para que hay que negarlo.Sobre todo en pretemporada, cuando estás bajando peso. Cuando se pasa peor es por las tardes, después de entrenar. Luego en verano el cuerpo va afinando solo.
– ¿Qué tienen prohibido comer?
– Muchas cosas. Los dietistas nos prohiben varios alimentos. Eso sí, luego cada uno es libre en su casa de comer lo que quiera. Pero hay que ser consciente de que una fuente de patatas fritas y unas croquetas no es lo mejor. Intentamos que todo sea comida limpia. Arroz, pescado al horno… No es lo mismo meter al cuerpo gasolina normal que de la buena.
– En 2016 te han puesto de deberes las Clásicas de las Árdenas.
– Bueno. Antes tengo la Vuelta al País Vasco que es uno de los grandes objetivos. De las clásicas me gusta Flecha Valona. Amstel y Lieja son demasiado largas. No se cómo va a funcionar mi cuerpo. Es bueno conocerlas porque me pueden venir bien en el futuro.
– ¿Hacía donde va a ir el rol ciclista de Omar Fraile? Ya sabemos que sube bien…
– Hasta ahora he tenido una forma de correr más conservadora y solo he ido al ataque algunas veces. Este equipo me pide eso, que sea valiente, me meta en las fugas y lo intente. En Andalucía pudo sonar la flauta en la tercera etapa. Casi sale. También quiero buscar la regularidad e intentar hacer buenas generales en vueltas de una semana.
– Se ve mejor para grandes vueltas, de cazaetapas…
– Esta temporada me ayudará a definirme. Tengo que ir probando de todos los palos para ver cual es que más me conviene. En Andalucía he tenido muy buenos datos en el Garmin. En el Giro estaré para ayudar a mis compañeros y algún día tendré libertad y podré intentarlo. El Dimension Data me valora y me dará opciones.
“SI FUERA CICLOTURISTA SERÍA EL PRIMERO EN COMPRARME UNA BICI CON FRENO DE DISCO”
– Además, si adquiere relevancia le podrá llevar la contraria a todos los que dicen que el ciclismo español no tiene base ni futuro.
– Al contrario. Hay futuro de sobra. Están los Izaguirre, Rubén Fernández, Lobato, Barbero, Herrada…vienen corredores por abajo y lo que faltan son oportunidades. El año pasado los resultados fueron buenos. Soler ganó el Porvenir…
– El problema es que cambiar a Purito, Valverde y Contador es complicado.
– Es que están ganando todos los días. Es difícil. A nivel mundial tampoco hay ningún cambio generacional. Es cierto que hay jóvenes que están ganando carreras, pero todavía siguen los de siempre.
– Es joven ¿Le quita el sueño participar en el Tour?
– Pues igual no es la carrera más bonita del mundo. Pero el Tour de quita y te da todo en el ciclismo.Mi ilusión es correr el Tour y ver donde puedo estar. Pero sin más. En 2016 tengo Giro y Vuelta y una victoria es importante. Estoy con ganas.
– Lleva unos meses con la Cerveló S5, una de las bicicletas más aerodinámicas del mercado, ¿Cómo va?
– Espectacular. Es rápida y no pierde nada en las etapas de montaña. Con todo lo que se gana en el plano compensa lo poco que se pueda perder para arriba. Ni para una etapa de gran montaña con cinco puertos cambiaré a la R5. Con mi peso y mi forma de correr, que me gusta ser agresivo, la S5 se adapta a mí. Me permite bajar rápido, me da seguridad y es estable. La S5 está en 7 kg y la R5 hay que lastrarla para llegar a los 6,8 que exige la UCI al final compensa.
– Este año les permiten llevar freno de disco. ¿Puede marcar la diferencia en dias de lluvia y descensos peligrosos entre los ciclistas con frenos de discos y los que no?
– Creo que no. Las bicicletas frenan en mojado, en seco y con calor. El freno de disco va muy bien, pero si no tienes un tubular que agarre da lo mismo. El paso por una curva entre una bici y otra es el mismo. En mojado quizás de seguridad. Pero lo veo más para cicloturistas. Yo sería el primero en comprarme la bici de carretera con disco, es más, se lo he recomendado a mi padre. Es efectivo. Pero en un pelotón no. El disco es un objeto cortante, en movimiento y caliente. El plato clava, pero está parado y frío. El disco está caliente y dando vueltas. Es un bisturí. Las caídas serán un peligro.