La osadía es una parte intrínseca al cicloturista. Sin esa carga de valentía no se podría explicar cómo casi 1.000 amantes del ciclismo se pusieron en ruta para hacer 106 kilómetros y casi 2.000 metros de desnivel bajo la lluvia y el viento. Osados, locos o simplemente ciclistas para los que la meteorología sólo es un elemento más de su deporte (y muchas veces no el más importante). Pues así fue la primera edición de la Marcha Internacional Cambrils Park Resort.
Como sabeis los viajeros de ciclored.com nos dimos antes una vuelta por la Volta (pero esa es otra historia que contaremos después). El caso es que aterrizamos en el Resort del Cambrils Park con un tema de conversación único ¿qué ropa ciclista nos vamos a poner mañana? Mirar la previsión del tiempo era entrar en depresión pre-marcha, así que más valía hablar con todos los conocidos que acudieron a la primera edición de la cicloturista. Es más fácil afrontar un reto así cuando te encuentras con gente a los mandos como Jaume, de Costa Dorada Cycling, o Marc y Frank, del Cambrils Park Resort.
La cena, a base del buffet libre del Resort, nos sirvió para cargar hidratos e intercambiar opiniones con expertos. No en vano estaban allí especialistas como Melchor Mauri o Sergio Palomar (director de la revista Bicisport). Así que antes de acostarnos la respuesta estaba clara… chubasquero, botines impermeables y cualquier cosa que nos protegiera del agua, eso sí, sin demasiada ropa, ya que no haría calor. Pasamos a la info a José Luis, a Pablo, de Bike Spain, y los amigos del club ciclista En Bizzi de Zaragoza, que nos acompañaron en el viaje.
En cuanto tocó el despertador el domingo el suelo ya estaba mojado. Camino del desayuno buffet seguían cayendo gotas. Minutos antes de la salida llovía algo más. Así que la decisión de la organización de dejar el recorrido en los 106 kilómetros de la versión corta y obviar la larga de 185 no pudo ser más acertada, aunque alguno ya habíamos cargado combustible para más de seis horas de bici.
La Cambrils Park forma parte de la Plataforma Respétame 1,5 metros e hizo honor a ello. A más kilómetros con malas condiciones más cansancio y menos control de la bicicleta y la seguridad vial también va por ese camino.
Primeras pedaladas, algo más de agua y camino de la subida a Coll de Jou. Allí pudimos comprobar lo que cambia un puerto de subirlo en ruta tranquila como en octubre, cuando surgió la idea de la Cambrils Park, que a ritmo de los mejores. Se hizo largo, casi eterno. De esas cimas que parece que van a acabar y nunca terminan.
Una vez coronado seguían las sorpresas, porque desde allí hasta la meta no nos encontramos ni un palmo de terreno llano. Primero en bajada por una carretera con buen asfalto, curvas divertidas y precaución por culpa del agua. Camino de Falset había que coronar otro puertecito con una bajada plagada de repechos. Eso sí, era llegar al final… y de nuevo para arriba hacia Gratallops.
La lluvia comenzaba a arreciar y los avituallamientos (suculentos y apetecibles) se quedaban en una anécdota… imposible parar cuando uno va mojado. Así que después de bajar, subida trampa a Torroja del Priorat con alguna rampa digna de emboscadas ciclistas. Casi todo el trabajo estaba hecho. Quedaba la liviana ascensión de Porrera, endurecida por la lluvia y una bajada técnica y con viento hasta Montbrió del Camp. Y como postre 20 kilómetros planos con viento de cara y de costado y alguna por todos los lados.
La gran recompensa. Llegar a la meta empapado y ver la cara de ilusión de Jaume, Marc o Frank porque todo había salido a pedir de boca. Pasar por la ducha a sólo 50 metros de la meta. Y darte un masaje antes de comer un buen plato de pasta (o dos) durante la entrega de premios. Ha sido el primer paso de la Cambrils Park Costa Daurada. En la web anunciamos sol para marzo y salió agua… pero qué sería el ciclismo sin aventuras y retos que contar.
