Ion Izaguirre (Astana) es de los que gana enteros cada vez que sale un día de frío y agua en competición. Sabe bajar bien con asfalto mojado y mentalizarse para ‘pasar miserias’. Sin embargo si puede evitar la lluvia entrenando, mejor que mejor. Por eso no solo baja a Calpe a concentrarse con Astana, sino que en su época en Movistar también hacía la maleta en invierno.
– ¿Qué es lo que se hace en un Campus de Entrenamiento con este?
– Más que nada probar nuevo material y bici. Preparar todo a medida. Cada temporada hay cambios, en esta hasta de bici, que pasamos a Wilier. Aquí dejamos todo listo para competir. Ropa, bici, medidas. Es la preparación logística. Viene bien para preparar cosas. Y también para hacer una buena base de entrenamiento para la temporada.
– En tu época de Movistar no se hacían Campus de Entrenamiento de equipo, aunque bajarais a Calpe a entrenar por vuestra cuenta, y con Astana si. ¿Qué diferencia hay a la hora de preparar la temporada?
– La ventaja, que si quieres te puedes traer a la familia o venirte a entrenar con amigos. Tanto aquí como a Canarias. Incluso si tienes buen tiempo te quedas en casa. Eso tiene un plus. Pero luego para la bici, probar materiales y pruebas de esfuerzo, pues hay que hacerlo si o si. También hablas con los nuevos compañeros, entrenas en grupo y haces buenas base. Aquí estas a lo tuyo. Entrenas, comes, descansas y coges masaje todos los días. Te miman como si estuvieras en carrera.
– ¿Qué test de entrenamiento se hacen en Astana?
– En la concentración solemos hacer de un minuto, de tres, de cinco y de lactacto. Estos son importantes para saber donde estás a la hora de ponerte los entrenos. Donde tienes los valores y que entrenamiento te van a poner. Pero al final estos números son mas importantes para los directores y entrenadores. Así saben si eres más explosivo o menos y cómo te pueden organizar.
– ¿Eres más de vatios o sensaciones?
– Yo. De vatios. Soy de esta época. Este mes he andado sin potenciómetro y estaba perdido. Es cierto que no he hecho nada específico.
– Y en carrera. ¿Lo miras?
– Pueden ser útiles, pero no siempre estás igual. Pasan los años y te vas conociendo mejor. Sabes lo que puedes mover y lo que no. Te conoces los vatios que puedes mover en un periodo de tiempo o en una distancia y calculas. Si es verdad que en carrera no me fijo mucho. En una Lieja no voy mirando los vatios, pero en una Vuelta al País Vasco subiendo Arrate si calculo, a ‘x’ vatios puedo aguantar tanto tiempo. O tengo que bajar el ritmo porque voy a explotar. Luego es muy relativo porque cada día es diferente. Hay que saber enjuagar las dos cosas. Los vatios y las sensaciones.
– ¿Para la recuperación también los utilizas? ¿Miras el TSS al acabar cada entrenamiento?
– Eso no lo controlo tanto. Los subo a Training Peaks y los lee el entrenador. Nos valen más para la broma con los compañeros. Oye que me toca descansar más dias que a tí y esas cosas. Los preparadores ya analizan eso más a fondo. Al final te llaman los preparadores, te preguntan y analizan. Cuando hago un programa de un par de semanas veo como me adapto y si me veo bien. A veces te ponen 5 o 6 horas y no tienes buenas sensaciones. Eso también cuenta y le acabas diciendo al entrenador. No recupero. Hay que cambiarlo.
DISCOS DE LA WILIER ZERO SLR
– Bici… pasais a Wilier y a disco. Mucho cambio, ¿no?
– Yo nunca había corrido con disco. Incluso el año pasado que teníamos alguna aero y con disco, ni la probé. La verdad es que no me convencía. Pero llevo un mes y pico entrenando con la Wilier y me gusta. Todavía no he probado mucho la frenada en mojado. Creo que no será igual que en carrera porque entrenando no apuras tanto. Pero los discos si se van a notar bajando y con agua en carrera.
– ¿Cómo es la Wilier Zero SLR?
– Pues rígida y ligera. Aerodinámica y muy limpia sin cables. Las tallas más ligeras están en los 6,8 kilos y los más grandes algo más.
– Entonces te veo contento con los discos.
– Bueno. Era algo que ya sabíamos. Cuando las marcas empezaron a lanzar las bicis con frenos de disco teníamos claro que iban a llegar al pelotón profesional. Había que pasar por el aro.
MUNDIAL, TOUR, CLÁSICAS, JUEGOS…
– Después de una caída como la del Tour 2018, que te dejó 6 meses fuera. ¿La recuperación es más física o también influye la psicológica?
– Fisica es mucho, pero también psicológica. Hay que hacer un trabajo físico para recuperar toda la musculatura, sobre todo la de la espalda que te protege la vértebra. Y en el apartando psicológico hay que prepararse. Hay que ser consciente que vuelves al pelotón, a sus peleas, a las bajadas mojadas, a las velocidades imposibles y si que el riesgo está ahí. Hay que asimilarlo. La verdad es que lo tenía hasta olvidado. Cuando pasan los años se olvidan los malos momentos. Te levantas y tiras para delante. Los miedos de las bajadas y de poder caerte ya los tengo superados.
– Cuando te levantas por la mañana un día de carrera y ves que está lloviendo…
– Bueno. Con las aplicaciones que hay ya sabemos si va a llover o no. Pero también exige una preparación mental para los días de frío y agua, como pasó en el Mundial. Sabíamos que iba a hacer un día de perros. Había que mentalizarse que iban a ser seis horas y pico de miseria. Si sales diciendo que esto no es humano y menudas las vamos a pasar te acabas bajando y estas eliminado antes de salir.
– Para un día como el que salió en el Mundial 2019 ¿Venía bien tener algún kilo de más?
– Pues no se si grasa o piernas también. Pero sobre todo no olvidarte de beber y comer. Parece que no, pero esos días de frío se gasta mucho. Además se te olvida beber y comer. No apetece con la chaqueta, el chubasquero, los guantes… Y comes menos. Y te llegan las pájaras como le pasó a Van der Poel. Gestionar todo eso no es fácil.
– ¿Qué rol vas a tener en Astana para 2020? ¿Grandes Vueltas, vueltas de una semana, Clásicas…?
– Mi idea es hacer las de una semana y revalidar la Itzulia. La primera parte será París-Niza y País Vasco. Y al Tour para ayudar a Miguel Ángel López.
– Y las clásicas de las Ardenas
– Me encantan. Me motivan mucho. Tanto Amstel como Flecha y Lieja. Me tocará ayudar a Jakob, que en 2019 lo hizo de maravilla. Lieja es mágica. En el primer año de Bahrein hizo quinto. Son muy duras, con 4.500 metros de desnivel se me dan bien. No tengo esa punta de velocidad para rematar. Y si llueve se abre el abanico de opciones. Hoy hemos visto el vídeo de Lieja 2019 y todavía te asustas cuando ves la bajada con agua de Roche Aux Falcons en la que casi se cae Jakob. Ahí estaba la Lieja. Caerse o ganar. Luego allí en esa curva se cayeron cinco o seis.
– El recorrido del Tour 2020 a Miguel Ángel López le va de maravilla.
– Pues si. Sin cronos. Bueno, solo la que acaba en La Planche de les Belles Filles. Mejor imposible. No hay pavé. Habrá que ver, porque es una carrera muy difícil de gestionar. Miguel Angel nunca la ha corrido y eso se notará. Pero llevamos un buen equipo y el colombiano tiene un buen motor y no se para quieto. Es valiente y eso me gusta. Puede hacerlo bien.
– En la primera semana de Tour hay que ‘pegarse’ mucho…
– Pues sí. Hay que estar bien colocado y atento siempre. En cualquier momento te pilla un enganchón y pierdes una minutada antes casi de empezar el Tour. Es diferente a todo. El circo y la presión que hay es superior a Vuelta o Giro. No es fácil de gestionar para un líder. Son tres semanas en las que tiene que estar siempre concentrado y eso desgasta mucho. Hay que estar siempre delante y aún estando ahí no te aseguras nada. Solo no caerte ante de la montaña ya es un plus. Después de una caída no recuperas igual.
– Y después de este Tour hay Juegos Olímpicos.
– Pues hay poco tiempo para recuperar de uno a otro. Solo seis días y un viaje a Japón. La clave será no hacer el Tour o no hacerlo completo. El que quiera disputar tiene que descansar antes.
