El amor nos llevó a Roma. Pero no el mismo que atrae a millones de turistas todos los años. A los viajeros Ciclored.com fue la pasión por la bicicleta. En la GF Roma 2015 pudimos palpar la sensación de conquistar la ciudad eterna desde nuestras monturas de carbono y que el Coliseo sólo fuese un atrezzo de nuestra aventura ciclista.
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Y en Roma nos plantamos los seis viajeros de Ciclored.com, dispuestos a afrontar la GF de Roma. Una etapa de 120 kilómetros con adoquines, repechos, muros y gran parte del recorrido de la Roma Máxima que ganó en 2014 Alejandro Valverde. Una clásica italiana en la que tienes la opción de disputarla a tope o de disfrutar cada kilómetro y sólo sufrir en las subidas. Opciones para todos.
Esta vez la nómina de viajeros iba al gusto del amor ciclista. Con Héctor y Ana María, dos mexicanos apasionados de nuestro deporte que ya conocieron los adoquines en Flandes. Juan y Marga, malagueños y que llevan recorridas casi todas las carreteras alpinas y pirenaicas del Tour de Francia. Sólo nos faltó el gran Josep, que a última hora se tuvo que quedar en tierra (Roma te espera amigo)
EL CALENTAMIENTO… PIZZA, PASTA Y TURISMO
Había que inspirarse en el espíritu romano, así que nada más llegar nos plantamos en las Termas de Caracalla. Descanso, relajación, anti estress. No, no. Ese era el lugar elegido por la organización para situar la Expo GF Roma 2015 y la recogida de dorsales. Además, de las termas que construyó el emperador solo quedan las ruinas. Enfrente teníamos el Circo Massimo, el velódromo de la época. Aquel donde Ben Hur hacía de las Wiggins en las carreras de cuádrigas.
Mejor sitio imposible. Y de lo antiguo a lo moderno, porque en la Expo de la Gran Fondo de Roma estaban los últimos modelos de las bicicletas De Rosa (Protos), Cipollini y Canyon y una carpa de compraventa de componentes y bicicletas clásicas. Manetas de freno, cambios, pedales, piñas, maillots… y todo anterior a 1985. Piezas de coleccionistas.
Con el dorsal primera sorpresa grata. Además de un maillot de buena calidad y una moneda romana, una botella de vino para cada uno (y nosotros sin poder facturar en el avión…) Para celebrarlo. Pues cena a base de pizza, que para eso estábamos en Roma.
El sábado desayuno y a probar las bicicletas que nos había surtido Andrea, de Bike Division, para la ocasión. Cerveló, Focus y Napa Valley. Todas a medida. Fuera el tiempo amenazaba agua… y acabó por caer (y a mares). El recorrido por el carril bici del Tíber hasta el Vaticano y la ronda por los adoquines del Coliseo se tuvo que quedar en un paseo a pie.
El agua nos había quitado nuestro pequeño Tour por la Roma ciclista así que nos vestido de turista y pateamos todo el centro de la ciudad. De Piazza Venezia a la Piazza del Popolo. Piazza Navona, Fontana de Trevi, el Pantheon, Campo di Fiori, Piazza Spagna… Las piernas pedían kilómetros y movimiento. No es lo ideal el día anterior a una cicloturista, pero en la GF Roma tocaba disfrutar y dejar el gen competitivo a un lado.
Lo mejor. Las paradas para tomar un ‘avituallamiento’ y charlar de ciclismo. De Dolomitas a Alpes, del Tour al Giro, de Flandes a Lieja…
Así que para terminar la jornada turística volvimos a ‘pecar’. Pizza y gelatto antes de ir a la cama para soñar con la GF Roma 2015. El despertador iba a sonar a las 06:00…
LA GF ROMA 2015… Y EL COLISEO
Pese a que a las 07.15 había que estar ya en la línea de salida del Coliseo nos bastó con levantarnos a las 06:00. Ventajas de pernoctar en el mismo centro de Roma. Todavía casi sin luz. La primera mirada es al cielo (despejado) y al asfalto (seco). Del diluvio habíamos pasado a la calma. Lo único que se había levantado algo de viento. Mal menor.
Así que ataviados con el maillot oficial y los manguitos y el chaleco ciclored (a esa hora hacía fresco) partimos con dirección al Coliseo, todavía iluminado por el juego de luces nocturno. Foto obligatoria y a los adoquines de la Via Imperiale. Música, ruido y un pelotón de más de 3000 ciclistas divididos en cajones (aunque cada uno era libre de ponerse en el que quería)
Pistoletazo de salida y rumbo a la neutralizada a través de los adoquines de Piazza Venezia, pasamos por el Foro de Trajano, de la Piazza Navona, del Tíber, de la Vía del Corso. Casi tres kilómetros para conocer Roma sin coches y retorno al Coliseo. Paso por el chip con el Monte Palatino y los Foros Romanos como espectadores y rumbo hacia el Circo Massimo.
Todavía no hay gran velocidad mientras abandonamos Roma por la Vía Andreatina. Cuesta acostumbrarse a rodar sin ningún coche, pero es una de las grandes ventajas de la GF Roma. Toca poner un buen ritmo para ir haciendo grupetta y entrar en calor. Todavía todo es plano e incluso da tiempo a disfrutar con los relevos de Héctor (que llegó a competir contra un tal Chris Horner en su época ‘loca’ de ciclista en EEUU).
La primera subida comienza en el kilómetro 30. Rocca di Pappa. Algo más de seis kilómetros con un desnivel medio del 6%, algún descansillo y una rampa de 12%. Ideal para probar las piernas y mirar al Lago del Albano. Es cronometrada… así que a tope desde abajo.
En la cima se desvian los caminos. Héctor y Ana María irán al recorrido corto (de 68 kilómetros) y al resto nos toca enfrentarnos al frío, a la niebla y al Muro di Pappa. Un kilómetro al 10% con picos del 16% (y también cronometrado) que nos abre el apetito para el avituallamiento. Bien surtido. Fruta, bocadillos dulces y salados con pan de brioche y un montón de delicatessen con todo tipo de chocolate.
Descenso suave, desaparece la niebla y a llanear por las carreteras del parque regional Castelli di Roma. Formamos grupetta, relevos con viento de costado y a afrontar la subida a la Roca Priora. Suave y con unos seis kilómetros de ascensión. Nos da tiempo a hablar y a que los italianos nos presenten sus elogios a Alejandro Valverde (incluso más que a Alberto Contador).
Ligero descenso y llegamos al premio. Se llama Rostrum. Son solo 700 metros pero el desnivel llega a alcanzar el 18%. Además el piso es de adoquines flamencos con dos curvas de herradura de esas en las que la bici se pone casi de pie. Hay que apretar el culo al sillin en un repecho que bien podría ser llegada del Giro de Italia... Al coronar la plaza medieval de Monte Compatri y el avituallamiento. Casi todo el trabajo hecho. En las piernas ya van 85 kilómetros.
Terreno descendente para soltar el ácido láctico y en cuanto llegamos al plano el viento de cara se empeña en hacernos sufrir. Grupetta, 20 kilómetros a meta y a afrontar los repechos de llegada a Roma, que se hacen casi eternos.
La gloria no es fácil alcanzarla y el último kilómetro es en adoquines y en ligera subida. El premio, entrar triunfante por la Via Appia, atravesar la puerta Andreatina y levantar los brazos en la meta de las Termas de Caracalla entre ruinas romas y adoquines.
Y el premio hay que completarlo con una comida a base de pasta y carne (a elegir) y unas fotos con Francesco Moser, el homenajeado en la GF Roma 2015 y que hizo el recorrido con ropa y bicicleta clásica. Que, como curiosidad, han dado en directo en la tv pública, la Rai Sport.
Nuestra etapa no se acaba aquí. Después de la ducha tenemos el post GF Roma. Paso por dentro del Coliseo, de los Foros Romanos, de la Iglesia de San Pietro para ver el Moises de David, del Trastévere para ir de cena y seguir pecando con los ‘gelattos’…Hemos conquistado Roma y hay que celebrarlo. Y en 2016… pues retornaremos a la ciudad eterna.
