Las bicicletas son más versátiles de lo que creemos y con unos pocos cambios se pueden adaptar de una función a otra. La antigua MTB que tienes en casa la puedes transformar con muy pocos cambios en una gravel, es decir, en una bici casi de carretera y que puedes utilizar para viajar con alforjas. Y todo sin necesidad de rascarte demasiado el bolsillo.
¿Cómo convertir una MTB en bicicleta de carretera?
Eso sí, para hacerlo debes revisar cada uno de los componentes de la bici. Algunos pasarán el ‘corte’, pero otros tendrás que sustituirlos. Una bicicleta de cicloturismo con alforjas necesita que sea robusta, pero también que en todo lo posible sea ligera y que con ella tengas la posibilidad de rodar muchos kilómetros y hacerlo por casi todos los terrenos, desde carreteras perfectamente asfaltada a caminos, pero sin llegar a las trialeras con las que puedes ir con una MTB.
Pedales
Lo primero que tienes que adaptar son los pedales. Normalmente en la MTB sueles llevar pedales automáticos, para viajar muchos kilómetros es más recomendable poner unos pedales mixtos, que por una cara son automáticos y por la otra de plataforma, o incluso solo de plataforma y con calapie. La razón, que serás mucho más versátil y no necesitarás llevar encima una zapatillas de ciclismo. Al final, el peso en las alforjas es algo que importa cuando tienes muchos kilómetros por delante.
Manillar
En el manillar la idea es buscar la máxima comodidad posible. Si durante años has llevado uno de MTB, ancho y largo, no necesitarás modificarlo. Esa posición, más erguida sobre la bicicleta, resta velocidad, pero a cambio da kilómetros de conducción cómoda y segura, que es de lo que se trata.
Si lo quieres cambiar por un manillar de bici de carretera, mejor uno de los modelos de gravel más actuales, que tienen dos alturas y combinan la posición más aero con la comodidad.
Cubiertas
Lo que si es obligatorio modificar son las cubiertas. Para la bicicleta de cicloturismo hay que olvidarse de los neumáticos anchos y de tacos de las MTB y sustituirlos por otros más finos y que faciliten el rodaje y la velocidad.
Ahora, con la nueva gama de cubiertas para gravel, cualquiera con una sección superior a 28 es ideal, aunque también deberás tener en cuenta la ‘garganta’ de tu llanta, que a veces no permite cubiertas tan estrechas.
Y hablamos de cubiertas y no de tubular ni tubeless porque para hacer kilómetros y salir de viaje es lo más cómodo de reparar.
Alforjas
Evidentemente este es el cambio más grande. Las alforjas que te deben acompañar en una viaje ciclista dependen de los días que vayas a estar fuera de casa. Para tres o cuatro días puedes instalar una bolsa de bikepacking, que se instala con facilidad en la parte trasera del sillín y son de lo más cómodas y ligeras para viajar.
Si el viaje se va a alargar más, entonces debes pensar en poner un transportín trasero (cada uno tiene su forma de anclaje a la bici) o delantero. Incluso una bolsa delantera para el manillar se hace muy cómoda para llevar comida, mapas o incluso el teléfono móvil.
Desarrollos
Si tu bici de MTB viene con los desarrollos antiguos, un plato de 46/30 y una piñera amplia detrás, quizás podrías ampliar el plato a 48/50, sobre todo para los días más planos y con viento a favor.
Si ya te pasaste al monoplato, pues lo tienes más sencillo. El plato mayor que puedas encontrar y siempre llevando uno de repuesto más pequeño por si el recorrido que decides hacer es más montañoso.