Las clásicas de primavera casi siempre aportan un ciclismo distinto para los aficionados. Lejos del control de la mayoría de vueltas por etapas, en las clásicas todo se decide es día, por lo que guardar fuerzas no suele tener sentido. Eso provoca, en la mayoría de los casos, carreras locas y con múltiples alternativas a la victoria. Y se traduce en espectáculo para los aficionados que lo ven desde su casa y más aún para los que tienen la ocasión de disfrutarlas a pie de cuneta.
Para que no te pierdas ninguna de te hemos creado un calendario de clásicas de primavera 2018. Pero en esta guía no sólo te vamos a dar las opciones de verlas por la televisión. Muchas de ellas, sobre todo los más famosas, Strade Bianche, Tour de Flandes, París Roubaix, Amstel Gold Race y Lieja Bastogne Lieja, entre otras, también tienen una versión cicloturista que te permite pedalear por los mismos muros, adoquines o tramos de sterrato que los ciclistas profesionales. Y, lo mejor, hacerlo un día antes o después que ellos.
– 24 de febrero. Omloop Het Niewsblaad (Gante a Ninove, Bélgica) : Es la clásica que lleva años abriendo la temporada y ahora ha pasado a categoría World Tour. Su nombre se lo debe al periódico que la patrocina, así que a los descuidados es la antigua Het Volk. Su recorrido, como la mayoría de las clásicas, suele variar, pero siempre incluye pasos por los muros de la zona de Oudenaarde, Molenberg, Taaienberg, Kruisberg y tramos de adoquines planos como los de Hagoek o Paddestraat. Por la distancia de los últimos muros o tramos planos a la eta de Gante (20 kilómetros) se suele decidir en un sprint de un grupo reducido. Para cambiar eso la organización para 2018 introduce una novedad. La salida será de Gante, pero la meta se traslada a Ninove con el final por Kapelmuur y Bosberg y recuperar durante los próximos cinco años la meta del antiguo Tour de Flandes. Y tiene cicloturista. Pues sí, al día siguiente. Aquí tienes el link de la edición de 2017.
– 04 DE MARZO. STRADE BIANCHE (SIENA, ITALIA)
La Strade Bianche se ha ganado en solo once ediciones el título de una de las citas obligatorias de la primavera de clásicas. Sin la solera ni la distancia de Flandes o Roubaix, el recorrido de la Strade aporta tal dificultad que muy pocas veces han llegado más de 4 o 5 corredores a los últimos kilómetros con opción de victoria. El gran atractivo son los caminos de tierra blanca de la Toscana por donde transcurre a imitación de la Eroica, la cicloturista que inspiró la carrera profesional, justo el proceso invertido al habitual. Suele tener poco más de 180 kilómetros de recorrido, hasta 12 tramos de sterrato, que se convierte en un barro pegajoso cuando llueve, y una sucesión interminable de muros con rampas de hasta el 18%, el último, Santa Caterina, es adoquinado y el que da acceso a la línea de meta de la Piazza del Campo en Siena (una de las ciudades más bellas de Italia). Y sí, la Strade tiene su versión Gran Fondo que se disputa al día siguiente, domingo, con un recorrido máximo de 130 kilómetros. En 2018 repetiremos viaje a la Strade Bianche Cicloturista.
– 23 DE MARZO. H3 HARELBEKE (Harelbeke / Harelbeke. Bélgica)
Es una de las clásicas que no organiza Flanders Classics en Bélgica, sino que lo hace un club de la ciudad origen y meta, Harelbeke, de poco más de 25.000 habitantes. Lo que demuestra la pasión por el ciclismo que se vive en cualquier punto de Flandes. Llevan ya 60 ediciones y siempre ha sido una piedra de toque para los favoritos a ganar en Flandes. Suele tener alrededor de 200 kilómetros de distancia, suma más de 15 muros (muchos de ellos del Tour de Flandes, Taaienberg, Paterberg o Oude Kwaremont en su última edición) y tramos llanos de adoquines (entre ellos el siempre roto de Marie Borrestrat). Entre sus ganadores en los últimos años, Boonen, Cancellara, Van Avermaet o Kwiatkowski.
– 25 DE MARZO. GANTE WEVELGEM (Deinze – Wevelgem. Bélgica)
Pese al nombre, la Gante-Wevelgem ya no sale de Gante, sino de Deinze, muy cerca de la meta de Wevelgem, muy cerca de Kortkrij. Está integrada en Flanders Classics. Es tradicionalmente la piedra de toque antes del Tour de Flandes, porque se disputa justo el domingo anterior. Pese a que suele superar los 200 kilómetros de distancia, el desnivel es inferior al del Tour de Flandes y también el número y la dureza de los muros. Se suele decidir en Kemmelberg y siempre hay hueco para los sprinters. Allí ganaron Freire, Abdoujaparov o Cipollini, que nunca brillaron una semana después en Flandes. El viento (el recorrido tiene gran parte cerca del mar), también suele ser clave.
– 28 DE MARZO. A TRAVES DE FLANDES / DWARS DOOR VLAANDEREN (Roeselare- Waregen. Bélgica)
Es la más ‘joven’ de las clásicas del mes de marzo en Flandes. Se creó en 1945 y hace dos temporadas dio el salto al UCI World Tour. Antes siempre fue el Gran Premio de Waregem. Ahora, integrada en Flanders Classics, ha ido modificando fechas y recorrido. En 2018 se disputará el miércoles antes del Tour de Flandes y ya incluye muchos de los muros flamencos de La Rondé. En la pasada edición Paterberg, Oude Kwaremont, Kruisberg o Berendries. Es una de las clásicas que antes no atraía a los grandes favoritos y en la que tuvieron su oportunidad de brillar Chavanel, Breschel, Nidjam, Gatto o Baden Cooke.
– 01 DE ABRIL. TOUR DE FLANDES (AMBERES/OUDENAARDE. BÉLGICA)
Necesita poca presentación. El Tour de Flandes con sus 101 años de historia se ha convertido en la carrera. Así la conocen en la región de Flandes. De Rondé. Todo Flandes se echa a las cunetas para vivir el desarrollo de la carrera. Desde 2017 sale de Amberes y conserva el circuito final con meta en Oudenaarde (donde está el museo de la carrera). Los cambios, tanto de la línea de salida como de la de llegada siempre provocan tensiones políticas y regionales. Está tan arraigada que incluso se disputó durante la Segunda Guerra Mundial. En los últimos años siempre sobrepasa los 230 kilómetros con como mínimo 5 tramos planos de adoquines y de 10 a 18 muros para sumar un total de 2.000 metros de desnivel. La clave suele estar en las subidas finales a Oude Kwaremont y Paterberg. Como todas las grandes tiene su versión cicloturista el día anterior y allí volveremos en 2018.
– 04 DE ABRIL. SCHELDEPRIJS (Amberes – Schoten. Bélgica)
Pese a ser más antigua que el Tour de Flandes, se creó en 1908, siempre ha estado a rueda de la Ronde Van Vlaanderen. Se disputa por los alrededores de Amberes, así que no puede tener muros. Sólo tramos planos de adoquines, velocidad y mucho viento. También está organizada por Flanders Classics y en su nómina de vencedores está plagada de velocistas. Kittel, con cinco triunfos tiene el récord, pero también han ganado Cipollini, Cavendish, Petacchi o Zabel.
– 08 DE ABRIL. PARÍS ROUBAIX (Compiegne – Roubaix. Francia)
La París Roubaix es la única carrera del mundo extremadamente dura sin sumar metros de desnivel. Los adoquines del trazado de la Roubaix son auténticos frenos para las bicicletas. El nombre del infierno del norte se lo debe al paisaje desolado que había entre París y Roubaix después de la I GM, pero el pavés, el barro, la velocidad y las caídas han hecho que el pseudónimo cobre el sentido actual. No en vano los profesionales necesitan una media de vatios igual o superior a la de una etapa de alta montaña para estar entre los primeros. Con sus 115 ediciones a las espaldas ya no sale de París, sino de Compiegne, pero tras más de 240 kilómetros y no menos de 25 tramos adoquinados (un mínimo de 25 kilómetros de piedras) acaba en el Velódromo de Roubaix. La tradición dice que siempre se celebra el segundo domingo de abril y que, pese a disputarse en Francia, la mayor parte de los aficionados son de Flandes. No suelen fallar ninguno de los cinco estrellas, los tramos más duros, Bosque de Arenberg, Mons en Pevele y Carrefour de l’Arbre. Los récords, las 4 victorias de De Vlaeminck y Boonen, sí, ambos flamencos. Al igual que Flandes también tiene su versión cicloturista el día anterior y a ella volveremos en 2018.
– 11 DE ABRIL. FLECHA BRABANZONA O BRABANTSEPILJ (Lovaina – Aamskot. Flandes)
Es la última clásica de adoquines del año y se mezcla con una sucesión interminable de muros en la región flamenca de Brabante que da paso a las Árdenas. Tiene toda la dureza acumulada en el circuito final. En la edición del año pasado se subieron hasta 26 muros y entre sus ganadores hay ciclistas rápidos pero que se defiende en terrenos quebrados. Freire y Museeuw con tres victorias y Gilbert, Boogerd o Bartoli con dos dejan a las claras la dureza del recorrido.
– 15 DE ABRIL. AMSTEL GOLD RACE (MAASTRICHT – VALKENBURG. HOLANDA)
Los adoquines dejan paso a los muros y los desniveles en el tríptico de las Ardenas. A partir de la Amstel Gold Race empiezan a mandar los escaladores. Pese a que no tiene el renombre de Flandes o Lieja, la clásica holandesa se ha buscado un hueco importante en el calendario. Es la más joven de todas, nació en 1966, pero la pasión y la fiesta que montan los holandeses a su alrededor hacen que sea especial y diferente. Su recorrido es un auténtico laberinto de giros, curvas y cambios de sentido para acabar subiendo más de dos decenas de muros y acumular más de 3.500 metros de desnivel en sus 250 kilómetros. Una auténtica locura que obliga a los profesionales a estar atentos para ir salvando látigos y carreteras estrechas. Hasta el año pasado el Cauberg dictaba sentencia y bloqueaba la carrera hasta entonces. Entre sus ganadores ilustres, Jan Raas, Gilbert o Maertens. También tiene una versión cicloturista el día anterior que sube todo los muros y acaba con una fiesta de la cerveza.
– 18 de abril. FLECHA VALONA (HUY, BÉLGICA)
Siempre a estado a la sombra de la Lieja Bastogne Lieja, y más desde que desapareció la Copa del Mundo. La Flecha Valona, con 81 ediciones, ha ido variando su recorrido por la región valona de la Árdenas. Siempre con muros y desniveles en su recorrido pasó por Tournai, Charleroi, Lieja… hasta que en 1983 encontró el Muro de Huy. Desde entonces los 1,3 kilómetros a una media del 10% con picos del 23% se ha convertido en la subida final y en el juez de la carrera. El récord lo tiene Alejandro Valverde, con cinco triunfos y por detrás ciclistas como Eddy Merckx o Moreno Argentin.
– 22 DE ABRIL. LIEJA – BASTOGNE- LIEJA (LIEJA, BÉLGICA)
Los desniveles de la Lieja Bastogne Lieja nada tienen que envidiar a los de una etapa de alta montaña en el Tour. En sus últimas ediciones los más de 250 kilómetros contienen más de 4.500 metros de desnivel, lo que la hacen, con diferencia, la clásica más apropiada a los escaladores. Y es que La Decana, se conoce así porque nació en 1892, discurre por la zona más montañosa de Valonia. Una sucesión de muros de menos de cinco kilómetros, pero que a poco que quiera la organización es un auténtico rompepiernas sin descanso. Los recorridos han ido cambiando en los últimos años pero la tradición marcha bajar a Bastogne, subir por el Muro de Saint Roche y luego buscar las colinas valonas para acumular desnivel antes de La Redoute (con rampas de hasta el 22%), Roche aux Falcons y Saint Nicolas (ya dentro de Lieja), que dejan paso a la línea de meta de Ans (una subida de un kilómetro al 6% que no está considerada como cota). Eddy Merckx con 5 triunfos y Valverde y Argentin con cuatro son los que más veces han levantado los brazos. Para los cicloturistas tiene su versión el día anterior, que en su trazado más largo es idéntico al de los profesionales.