En sólo un año la capacidad reivindicativa de ciclored.com en favor de la Seguridad Vial de los ciclistas se ha multiplicado por diez. El Viaje de Pirados Ciclored.com a Sierra Nevada congregó este sábado 9 de noviembre a medio centenar de ciclistas en la carretera más alta de Europa. El objetivo era el mismo, ascender por encima de los 2.500 metros de altitud para hacernos visibles al tráfico, y los resultados, más que satisfactorios.
Eso sí, nada habría sido posible sin la colaboración de los ciclistas que acudieron a la llamada de ciclored.com y el apoyo de Nevada Bike, que fue la sede del inicio de la ruta,NutriSport, patrocinador oficial del viaje, el Hotel Reina Cristina, donde nos alojamos los viajeros de fuera de Granada y que se ha ganado el título de Bike Friendly, la Plataforma Respétame, de la que somos fundadores, y en especial Tania Cedeño, nuestra doctora de cabecera y que logró el apoyo de Cetursa.
La cuestión era dejarnos ver. Mostrar los chalecos ciclored.com con el Logo 1,5 Respétame y recordar a los vehículos que somos un miembro más en la jungla del asfalto, casualmente, el más débil. Por eso sumamos efectivos, para ganar fuerza, unión y hacer una reivindicación colectiva. Medio centenar de personas unidas y a pedales tienen mucho que decir.
Había que sobrepasar los 2.500 metros de altitud. Esta vez el problema no era la nieve y el frío, porque la mañana salió espectacular y con 20 grados, sino el ‘regalo’ que habíamos introducido a los cicloturistas. La reivindicación también se puede hacer por lugares de belleza ciclista y la subida a Hazallanas es de esas que no se olvidan. Por eso la ruta desde Nevada Bike en Cenes de la Vega comenzó tranquila camino de Güejar Sierra.
Era tiempo de intercambiar impresiones y cohesionar a un grupo de ciclistas venidos desde distintos puntos de nuestro país. Valencianos, toledanos, madrileños, malagueños, mayoría granadina y un toque de calidad. A la ascensión se nos unió Alberto Casillas, uno de los mejores triatletas de nuestro país y que además escribe en Triatlón Channel.
En un abrir y cerrar de ojos ya conocíamos la historia de Jesús y su padre. Dos granadinos de pura cepa y amantes del ciclismo. De José Ángel, capaz de arrastrar a toda su familia desde Ayora para pedalear en uno de los puertos míticos de nuestro país. Del trío de campilleros, que repetían experiencia tras la edición del Viaje de Pirados 2012. De Curro, que sueña con los muros de Flandes. De los miembros del Nevada Bike, vestidos para la ocasión de flamantes Canonndale conseguidas por Miguel y algunos con kilómetros de calidad en sus piernas por cicloturistas como la Oetzaler Maraton de Austria.
Y después de Güejar ya sabíamos lo que ocurría. Tocaba jugar a imitar a Valverde, Purito, Nibali y compañía en las rampas de doble dígito de Hazallanas. Evidentemente… hubo pique. El ciclismo es así y cuando la carretera mira al cielo los corazones se aceleran, la sangre se calienta y el espíritu competitivo rezuma por los cuatro costados. Tanto nos animamos que el bueno de Alberto Casillas marcó el 4º mejor tiempo Strava en Hazallanas… por delante de un tal Marco Pinotti y Julien Bererd… dos de los ciclistas profesional que subieron durante la Vuelta a España.
Así que en el cruce del Dornajo tocaba hacer reagrupamiento foto y seguir rumbo a la cima por el Collado de las Sabinas y la Hoya de la Mora. Un esfuerzo constante, sostenible y con una recompensa en forma de vistas espectaculares por encima de 2.500 metros. Y lo mejor, a casi 20º de temperatura. Impensable para mediados de noviembre.
Por eso en la cima y tras cumplir el objetivo del Viaje de Pirados tocaba abrigarse con la ropa que nos transportó la furgoneta de apoyo y emprender rumbo a La Carreta, el restaurante que nos dejó los estómagos más que satisfechos. Era la hora de poner en común nuestra visión del ciclismo. Debates sobre el futuro de los profesionales, los objetivos cicloturistas para 2014, las marchas a las que queremos asistir, algún adelanto sobre la charla sobre nutrición que iba a dar por la tarde Tania Cedeño… y de no ser porque la noche se nos echaba encima la tertulia hubiese durado horas.
Qué fácil se hace este deporte cuando nos reunimos personas que hablamos el mismo idioma.