Padre he de confesarme. He pecado. La tentación estaba demasiado cercana. Era del tamaño apropiado, de mirada alegre, respuesta ágil y verbo fácil. No le podía pedir más. Era la horma de mi zapato. Sé que tenía ya una, que la dejé de lado, que me salté la monogamia, pero fueron demasiados días de tentación. Es cierto. Lo he de reconocer. Aparqué mi Pinarello y le puse los cuernos con una Cerveló, pero ¿quién podía resistirse?
Tras una semana trajinando bicicletas Cerveló arriba y abajo Dani Azagra me puso el caramelo en la boca. Dentro de dos días llegarán el resto de los ciclistas australianos y no tendrás bicicleta que probar… es tú oportunidad. Tuve que vendar los ojos de mi Pinarello para que no sufriera. Sé que notó algo cuando le quité los pedales y la tapé con una manta en la furgoneta, pero soy un pecador ciclista y la penúltima ruta en el País Vasco de nuestra Vuelta 2014 se prestaba a ello.
Apunten. Salida en Jaizkibel, paseo por los repechos de la costa cantábrica hasta San Juan de Luz. Internada hacia los pre Pirineos por Ibardin. Descenso a Bera, el pueblo organizador de la Miguel Indurain durante más de una decena de años. Lesaka y subida a Agina y Arritxulegui… para descender a Oiartzun, el pueblo adoptivo de Neil Stephens, ¿qué mejor banco de pruebas?
También había otra razón para dejar de lado mi amada Pinarello. Uno de los australianos del grupo, Ashley, subía como alma que lleva el demonio. Así que tuve que probar con la Cerveló R3, mucho más ligera, para intentar ir a su ritmo. Jaizkibel desde Lezo me demostró que necesitaba el motor de Cancellara para atraparle. Inicio a sprint, falso llano a más de 30 y final a no menos de 20 por hora. Resultado. Australia 1 – España 0.
Menos mal que en el descenso Scott Sunderland marcaba el ritmo y el pequeño españolito era el único capaz de seguirle. Un puntito de autoestima, ¿no? Continuamos por la cornisa cantábrica hacia San Juan y con la mente puesta en nuestros amigos de la Transpirenaica, que circularon por las mismas carreteras de la mano de Inmanol y Argoitz, que también repetía en La Vuelta.
La siguiente piedra era Ibardin… con similar resultado. Dos a cero para Australia y ya me veía con las sensaciones que la selección de fútbol en el Mundial de Brasil… Estaba claro que al salir de Lesaka no podía entrar en esa batalla, así que adopté ritmo diesel Carlos Sastre para aguantar el chaparrón.
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Había que poner en práctica eso de ser perro viejo y conocer el terreno. Oiartzun era la meta de aquel día y el final en un repecho similar al Cauberg. Tuve que medir lo justo para lanzar el ataque y no dejar tiempo de reacción al grupo de australianos, que no conocía el terreno. Por fin pude levantar los brazos. Cierto que era una perrería. Casi como meter un gol con la mano… pero Maradona lo hizo en el Mundial de Argentina y acabó ganando ¿no?-
Al día siguiente el camino nos iba a llevar por la costa desde Zumaia a Bermeo en busca de La Vuelta a España. Esta vez la responsabilidad de defender los colores del Team Ciclored iban a corresponder a Dani Azagra y Argoitz Lizarribar (mis piernas y mi cabeza me pedían un descanso y así ellos podían hacer trabajo de equipo para desgastar a Ashley…) pero, eso ya será otra historia.
Eso sí. La media sonrisa que se nos quedó al ver la portada de Marca con Contador y titulada por nuestro amigo Fernando Llamas no nos la pudo borrar nadie en todo el día. Qué el ciclismo salte a las portadas ya es una gran noticia. Que lo haga por un tema que no sea dopaje es casi un milagro. Pero si además es por ‘culpa’ del trabajo del gran Llamas roza la felicidad informativa absoluta.
El próximo día nos veremos en Cabárceno, en la misma carretera que compartimos con Contador un día del mes de junio. Ese día nos dejó tirados a todos en un simple repecho. ¿Repetirá en la Vuelta 2014?
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