Seguimos estando pirados. En 2015 volvimos a subir Sierra Nevada a mediados de octubre en busca de la nieve y esta vez dimos una vuelta de tuerca más. Algunos de nosotros hicieron la ruta con bicicletas fabricadas en… basalto. Los dueños de la idea dicen que es la más cómoda del mercado y que también vale para competir. Así que sólo tienes que seguir leyendo para conocer las impresiones que nos causó.
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Era sábado por la mañana y habíamos procurado que la noche del viernes no se nos fuera demasiado de las manos. Granada, fin de temporada y una grupetta en la que no había ni un minuto de silencio hablando de ciclismo. Fue muy difícil contener las ganas de pasarnos una noche granaina…
Pero el placer también llama y a nosotros lo que nos gusta es pedalear y ponernos pequeños retos. Esta vez no era sencillo. Ascensiones a Monachil y Sierra Nevada por el Collado de las Sabinas hasta los 2.500 metros.
El ‘punto’ era ver como evolucionaban sobre la carretera las bicicletas de basalto fabricadas por los amigos de la empresa Racormance. Un nuevo concepto, una idea rompedora y un lugar ideal para testarlo, la carretera más alta de España y un descenso vertiginoso.
Antes de las primeras pedaladas, turno de presentaciones de la grupetta variopinta que habíamos conseguido reunir. Primero los pirados clásicos. Antonio, Marga y Juan (todavía con la bicicleta oliendo a pizza y gelatto de la GF Fondo Roma). Después los anfitriones, Tania y Anto que ya están afilando las garras para una nueva QH.
Y luego los debutantes en Pirados. Juan Carlos, desde Las Mesas, que ya piensa en la QH 2016 al igual que Carlos Martín. Tampoco la descarta el local, Juan. Desde Madrid Fernando y Carlos, que ademas era su primera kdd ‘grande’. Y dos sorpresas granainas. Por un lado el lojeño Juan Pablo González, corredor del Novo Nordisk sub-23 y que se quedó con las ganas de subir en bici por una lesión (hizo de fotógrafo de lujo) y a su lado Javier Cenit, que acaba de dar el salto de la Btt a la bici de carretera.
Y como no. El centro de atención fue la bicicleta basaltiana de Enrique, uno de los ideólogos de Racormance. Hacia ella se dirigieron todas las miradas, tactos y tanteos de peso. Lo primero que hace un ciclista cuando tiene una bicicleta novedosa delante. Veredicto inicial. No pesa más que una de carbono al uso.
Pedaladas hacia Monachil para afrontar la subida en la que se hicieron famosos Santi Pérez y Roberto Heras en 2004, la primera vez que se ascendió. Después Valverde y Vinokourov en en 2006, Samuel Sanchez en 2007 y de nuevo Valverde en plan triunfal y Cadel Evans en 2009.
De todo eso nos dio tiempo a hablar y a que el grupo se rompiese en pequeños pedacitos. Cada uno a su ritmo y con Juan Pablo pegando voces desde la furgo de apoyo en busca de ‘carnaza’ ciclista. Lo cierto es que los maillots del grupo de cabeza daban opción a jugar a ciclistas. Dos Racormance, Antonio y Enrique, y dos Team Ciclored, Fernando y el que escribe… Cierto que hubo algún demarraje para probar las evoluciones de la bicicleta de basalto (si, también es reactiva) pero todos juntitos en la cima y a esperar al resto. Que ese día ninguno iba a ganar La Vuelta.
Transición hasta el Dornajo para afrontar una de las subidas más ‘agradecidas’ para el ciclista que conozco. Los 7 kilómetros del Collado de las Sabinas y los cinco de regalo hasta la valla de Sierra Nevada. Doce en total con rampas entre el 6 y el 9%, sin muros, con 11 curvas de herraduras, casi sin tráfico y rodeado de bosque en su primera parte.
Si las piernas respondían se podía poner el cuerpo al límite sin sufrir demasiado y dar rienda suelta al último calentón de la temporada. Había 20 grados, así que no lo dudamos ni un instante. Rumbo al ‘placer sufrido’ del ciclista.
Kilómetros de sudor por un entorno que ya ha sido escenario de batallas ciclistas y para acabar, un regalo. El viento, que siempre aparece, y que en los últimos 5 kilómetros, cuando desaparece toda la vegetación, se empeñó en soplar de cara. Sufrimiento para que el reto supiera mejor, ¿no?
Arriba Juan Pablo nos felicita a todos. Curiosidades de nuestro deporte. Un joven ciclista sub-23 con un excelente futuro por delante y que con una pierna nos habría podido soltar en cualquier rampa dando ánimos a una panda de globeros y tirándose a la cuneta para hacerles fotos. Humildad ciclista. Luego, cuando esté en el pelotón profesional podremos decir eso de… nosotros entrenábamos con él…
Fotazo en la cima, con el Veleta de fondo. Otra en el cartel de 2.500 metros de altitud (esto no se puede hacer en Stelvio ni Galibier en octubre si parecer el hombre de las nieves). Y a vestirnos de invierno para afrontar la bajada.
Una vez más, todos atentos a las evoluciones de la Racormance. Con el viento favorable alcanzamos más de 75 por hora en las rectas anteriores al Collado de las Sabinas, apuramos las 11 herraduras (con algún bache de regalo) y volvimos a soltar gas en las rectas y curvas rápidas de la carretera general hasta Cenes de la Vega. El resultado. Enrique, con su bicicleta de basalto, no se despegó ni un momento de nuestra rueda. Es más, tuvimos que poner a Juan Carlos y a Juan a dar dos relevos a tope para ver si le soltábamos… y nada. Seguridad total.
Y una vez acabado el ‘trabajo’ ciclista a recuperar fuerzas a base de tapas y cervezas (sin alcohol, eh, que acabamos con las existencias del bar) en Cenes de la Vega. Por la tarde nos esperaba la versión técnica de las bicicletas Racormance... y por la noche la visión ciclista de un final de temporada (buena comida, buena bebida y un poco de fiesta)
RACORMANCE, LA BICI MÁS CÓMODA DEL MERCADO
La bicicleta Racormance de basalto había pasado el test de carretera. Ahora era el turno de que Enrique nos explicara la idea que en su empresa quieren trasladar al cicloturista. Es bastante sencilla.
La mayoría de los ciclistas buscamos tres cosas. Una bicicleta ligera, que sea cómoda cuando pillamos un bache y en largas tiradas y que, además, sea rígida y reactiva cuando queremos ir deprisa. Pues eso es lo que han conseguido en las bicis Racormance con la incorporación del basalto. Es decir. Mezclar una zona de confort fabricada en basalto y otra de fuerza en carbono.
Por su naturaleza y configuración el basalto supera en comodidad (absorción de golpes) al carbono. Por eso los cuadros fabricados por Racormance están hechos de basalto en su parte superior. Es decir, el tubo horizontal, el vertical y los tirantes traseros, además de la horquilla. Son los que llevan la tensión del cuadro y los que transmiten la vibración al ciclista. (Estamos deseando probarlos en la París-Roubaix.…).
Y para buscar la zona de fuerza. Es decir, la rigidez lateral y que la bicicleta responda a las aceleraciones y a los cambios de ritmo sin que se disipe la energía que estamos gastando, la parte inferior del cuadro está fabricada en carbono (Pipa de dirección, tubo transversal y vainas traseras).
Ahora les queda la difícil tarea de introducir los cuadros de basalto en el mercado ciclista y convencer al cicloturista de su rendimiento y de que, al igual que se evolución del acero al aluminio y del aluminio al carbono, el basalto supone una revolución. Eso sí, que nadie crea que es un componente nuevo. Los romanos ya lo utilizaban para hacer las adoquines de sus calzadas (y ahí siguen).
A los de Ciclored.com ya nos tienen convencidos así que les propusimos lanzar Racormance a los test ciclistas de la próxima temporada. Así que en la QH 2016 ya habrá bicicletas de basalto Racormance subiendo y bajando el Marie Blanque.
En la París-Roubaix 2016 podremos probar otro de sus componentes estrellas. Las tijas de sillín de basalto. Las han calificado como de ‘save your ass‘. Los adoquines franceses nos lo dirán.
Los cuadros Racormance (te lo hacen a medida) y las tijas de basalto ya están en el mercado y los puedes comprar entrando en su página web.