El parte meteorológico asustaba durante toda la semana. Agua, frío, nieve, viento…
desaconsejable para montar en bicicleta. Pero las ganas, la ilusión y la gastronomía de Bilbao pueden más, así que ciclored.com se puso en marcha sus rutas de la temporada 2013 con una cita ciclogastronómica en la XXV edición de la Bilbao-Bilbao.
Y es que no hay mejor lugar que la capital vizcaína para ‘olvidarnos’ de los consejos nutricionales de nuestro entrenador de cabecera, Daniel Azagra (Ciclistas A Tope). Sobre todo si llegas después de un viaje desde Madrid en el que tienes que pasar por la nieve de Guadarrama, la lluvia, de la meseta castellana, el viento y el frío de Burgos, y las cunetas nevadas de las montañas de Durango, por las que nos ‘obligamos’ a perdernos.
Llegas a Bilbao, entras en el primer bar y una mezcla de aromas y estímulos visuales tellevan a todas y cada una de las bandejas de pintxos. Así es difícil acordarte de eso de los hidratos de carbono de los días anteriores a las Marchas. Luego sacas la conclusión. El pan son hidratos, ¿no?, pues si le sumamos la ternera en salsa con verduras que lleva encima se enriquece… así que para dentro el primer pintxo y casi sin recoger la inscripción.
Para bajar todo eso proyectamos una ‘mini ruta’ de 30 kilómetros en los alrededores del Etxebarri con una grata sorpresa en forma de repecho de 3 kilómetros y rampones de hasta el 23%. Ideal para que el cuerpo asimile la ternera…. y se prepare para una cena de placer. No en vano nos habíamos hecho más de 600 metros de desnivel y gastado casi el mismo número de calorías.
Y para cenar nos adentramos en el Casco Viejo para devorar los bocatas del Muga, un lugar en el que sus cocineros son capaces de mezclar en un bocata tofu, mil verduras, salsas… y que esté para chuparse los dedos. Así que con el estómago bien lleno (y no sólo de hidratos de carbono, ojo que la organización regalar una copa de vino…) nos fuimos a dormir con las oraciones a San Mamés, que para eso era Bilbao, de que nos privase de la lluvia durante algunas horas del domingo.
Cruzamos los dedos por la noche y en cuanto sonó el despertador nos asomamos a la calle. Cubierto, pero sin agua nocturna. Así que en búsqueda de una cafetería para saciar las ansias de cafeína… y algún dulce apetitoso. Ya sobre la bici la Bilbao-Bilbao invita al buen rollo. Nos metimos en unagrupetta de las buenas para equivocarnos junto a los miembros del club de Hernani a los pocos kilómetros de salir. La reconducción fue más que sencilla gracias a los mil ‘banderines’ que había colocado la organización en cada pueblo y que hacen una labor pro ciclismo encomiable.
Pasan los repechos, los puertos, las colinas, el mar y nos plantamos en el avituallamiento de Zamudio con un centenar de nombres de nuevos colegas ciclistas ya en la memoria y con un nuevo fichaje para ciclored.com, Iván, de Colmenar Viejo, que ya nos ha mostrado sus buenas ‘patas’ en el llano.
De nuevo a la bici y a las zonas más duras con ‘cuatro gotas’ de sirimiri que no asustaron a nadie. Incluso hubo quién pasó del chubasquero. Fueron 15 minutos y en la las rampas del 10% de Larrabetzu ya estaba todo seco. Ideal para afrontar una bajada rápida y hacer grupetta para entrar por la puerta grande (y el mismo lugar que Igor Antón en la Vuelta de 2011) en Bilbao.
Por el camino aparecen nuevos amigos, esta vez de La Mancha, y otras cuatro gotillas que nos reciben en la Gran Vía de Bilbao. Un epílogo húmedo que había que recuperar de la mejor forma posible. Sí, creo que a estas alturas ya lo han descubierto, de pintxos por Licenciado Pozas y el Casco Viejo. Recuperamos hidratos de carbono… y apuntamos que el lunes era el día ideal para volver a retomar la dieta ciclista, pero ya lejos de Bilbao.