Agua en Bilbao. A las 08.30, a las 11:00, a las 13:00… Qué se le va a hacer. Tantos años pidiendo ciclismo profesional épico y de antaño que alguna vez nos tenía que tocar probar su sabor. Así fue. Los viajeros ciclored.com nos mojamos en el Bilbao Bilbao 2015. Desde el minuto uno hasta la prórroga, pero acabamos tan felices como si hubiese brillado un sol radiante. La culpa, el gen mutado ese que tenemos los pedalistas.
Nuestra Bilbao Bilbao en Strava >
Fotos Bilbao Bilbao 2015 >
Ya desde el principio, la cosa no pintaba nada bien. A mediodía del sábado y tras recoger a Jose, Javi y Quique en Burgos llegábamos a Bilbao. Cielo gris y agua. Recogida de dorsales, check in en el hotel y comida. Más agua. 15:30. Siesta con la Tirreno y la París Niza en la tele. Mirada a la ventana… sigue lloviendo. 17:00. Otro chaparrón y sin visos de parar. Adiós a la subida a Trapagarán.
Había que hacer un plan alternativo, así que sesión de entrenamiento del ciclismo visual. ¿Qué es eso? Pues una visita a la tienda de Maestre Ciclos (justo al lado del hotel) para ejercitar la apertura de ojos con las Specialized y las Orbea tope gama que tenían allí. También para buscar todo lo que pudiese proteger del agua para el domingo. Y, de paso, aprender de ciclismo con su dependiente más ilustre, Iván Santurde, uno de los habituales de los primeros puestos en QH, Perico, Lagos de Covadonga, Pax Avant… (algo así como el Indurain del calendario cicloturista)
Había que ahogar las penas y coger fuerzas para la Bilbao Bilbao 2015. Para ello, nada mejor que cumplir las tradiciones ciclograstronómicas de Ciclored.com en Bilbao. Vino en mano para abrir boca y visita al Muga para cenar, ya con Aitor, que se había unido a la grupetta a media tarde. Bocadillos gloriosos al gusto del consumidor. Energía antinutricionistas que agradece el paladar. Un día es un día. ¿no?
El domingo, para variar, amaneció con más agua. Por si quedaba alguna esperanza durante el desayuno buffet siguió lloviendo. El lado bueno, ya no había ninguna duda sobre la ropa que íbamos a llevar. Chubasquero y todo el plástico posible alrededor del cuerpo. Incluso el guardabarros versión solución de último momento que se inventó Adrián. Un tríptico ancho, cinta aislante, un poco de arte y el culo seco durante el máximo número de kilómetros.
A las 08.25 en la puerta del hotel se había montado el diluvio universal. Sólo fueron 15 minutos. Pero mejor pasarlos al resguardo que esperando en la salida. ¿no? A las 8:40 primera pedalada desde el hotel a la salida. Sólo había 500 metros y fueron los únicos en los que permanecimos secos. 08:45. Banderazo de salida y primeras gotas. 09:00. No había llegado ni a Getxo… y el agua ya era un ligero granizo. 09:10. Aumento del tamaño de las bolas de granizo.
Consecuencias. Muchos se dan la vuelta… pero nosotros seguimos. Algo de culpa tiene el gel calentador de STM con el que nos hemos embadurnado las piernas y las manos por la mañana. Esa parte del cuerpo sigue seca y caliente, aunque en los pies empiezan a nadar un par de peces. La cabeza también continua a resguardo (es cierto que no muy cuerda). Razón, la caperuza de plástico del casco Spiuk Dharma. Un puntito más de ventaja.
Además, con la buena charla de ciclismo que llevo con Javi y Quique hay ratos hasta en los que nos olvida que está lloviendo. Morfina ciclista que se llama.
[imageeffect image=»5925″ link=»https://ciclored.com/calendario-cicloturista/» target=»_self» width=»300″ align=»aligncenter»][divider_line type=»divider_line»]
Coronamos el alto de Barrika, Andraka… y continua sin dejar de llover. Al menos el paso por el Castillo de Butrón nos alegra la vista. Incluso alguno se echa mano al bolsillo del maillot para buscar unos ahorrillos y comprarlo, si es que todavía sigue en venta. Para la edición de 2016 de la Bilbao Bilbao no estaría nada mal un avituallamiento con café y tostada en sus salones. Con las bicicletas aparcadas cual corceles.
Comento a Joris, con el que me acabo de unir, mis previsiones con el castillo y sólo con la cara que me pone me doy cuenta de que el agua me está afectando más de lo que pensaba. Solución. Un puntito de ritmo más para entrar en calor. Toca subir Unbe ligerito para no coger demasiado frío en la bajada y llegar al avituallamiento de Zamudio (el de verdad) con calor. Esta vez no hay tiempo para fotos. Con lluvia hay que parar lo menos posible para no enfriarse.
En los repechos de Artebarraka parece que deja de llover. Algo es algo. Incluso miramos al cielo por si un tímido rayo de sol quiere aparecer. Vana ilusión. Diez kilómetros después empieza otra vez a llover y se desvanece cualquier esperanza. Son ya 80 kilómetros húmedos y parece que los 30 restantes no cambiarán.
Las series de Morga-Aretxalbane va a tocar hacerlas bajo el agua. Al más puro estilo de la Iztulia, que en 2015 verá al pelotón profesional en estas mismas rampas. Como la cabeza sigue sin estar en su sitio me acuerdo de las exhibiciones bajo el agua de Voigt en las ediciones pasadas. Menos mal que Ane Bizimartxak (una de esas personas que aman al ciclismo) está en la cima sacando fotos y me devuelve a la realidad.
Toca bajar con cuidado, llanear en grupetta hasta Bilbao y subir el repecho de Begoña a plato esprintando con Sergio Palomar, de Ciclismo a Fondo, otro de los clásicos de la Bilbao Bilbao. En esta ocasión está probando la nueva Lapierre y una equipación de tejidos impermeables (y el muy ‘…’ ha llegado a meta totalmente seco. Vale. Funciona.
El hotel está a sólo 500 metros de la línea de meta, así que no da tiempo a enfriarse. En cinco minutos estamos bajo una ducha de agua caliente reparadora y con la mente puesta en el plato de comida. El estómago pide calor y las alubias que nos han preparado en el Café Iruña (un clásico de Bilbao) se convierten en en plato estrella del menú. Por la tele nos da tiempo a ver a Quintana arrasar en un Terminillo nevado. Vale. Los pros también han pasado una jornada difícil de frío, pero no se podrán comer el plato de alubias… nosotros sí. La idea era ciclogastronomía en Bilbao. Un día es un día, ¿no?