La leyenda de Marco Pantani crece hasta límites insospechados si miramos sus bicicletas. Los récords de subida, empañados por muchos por la sospecha de la EPO, adquieren otra dimensión si nos fijamos en las bicicletas que utilizó. Curiosidad. El italiano en sus mejores años jamás vistió una montura de carbono. Aluminio pesado en sus Bianchi, Carrera y Willier. Un peso añadido a las rampas de Alpe d´Huez o Mortirolo, donde escribió sus leyendas. El carbono sólo le llegó en sus últimos años.
El aluminio y bicicletas de más de 7 kilos en contraste con el carbono y los 6,8 kilos que se visten ahora. Esas eran las armas de Pantani y sin embargo siguen vigentes sus récords en Alpe d´Huez, el que que copa las tres primeras posiciones. El top, de 1995 con una Carrera y equivocándose en la última curva. La segunda posición en 1997 con una Willier y la tercera en su debut en 1994 con otra Carrera. En los tres casos, bicis de aluminio. El cuarto, Armstrong en 2004, ya disfrutaba de una Trek de carbono.
Esta es la carrera de Marco Pantani reflejada en las bicicletas expuestas en su museo de Cesenático (que visitaremos el próximo mes de mayo) y que reflejan la evolución del mundo de la mecánica desde mediados de los 90 hasta el año 2000.
VICINI, 1982
La mítica. Marco Pantani comenzó a dar sus primeras pedaladas con un acero como este. Más de 10 kilos, ruedas de mil radios, cables por encima de los frenos y calapié. Un clásico de aquellos años. No era la mejor del momento porque en casa del romagnolo nunca sobró el dinero.
CARRERA, 1994/1995
Con el paso a profesionales con el equipo Carrera Pantani comenzó a llevar sus bicicletas. En los primeros años cuadros de aluminio y un peso total de casi ocho kilos. Rebajados con unas aerodinámicas ruedas Campagnolo Shamal, un adelanto de la época, y ya con los pedales automáticos. Con una igual que esta batió el récord de Alpe d´Huez y se subió al podio de Giro y Tour.
WILLIER, 1997
Ya no era sólo Marco Pantani, ahora era el Pirata. Da el salto al Mercatone Uno cambia a Willier. La marca italiana le da esta bici de aluminio que baja por pocos gramos de los ocho kilos. Horquilla también de aluminio y el primer sillin customizado de la historia con el sello de Pantani. Un paso en el camino del marketing.
BIANCHI, 1998/2001
Pantani ya se había convertido en una máquina de vender y las marcas de bicicletas se rifaban vestir a su Mercatone Uno. La apuesta la ganó Bianchi que dotó de monturas a los grandes triunfos del Pirata. Esta es la de 1998, con las victorias en Giro y Tour. Se mantiene el aluminio, pero esta vez rebajado a 7,5 kg. Se elimina cualquier cable externo de frenos y se mantiene el sillín customizado.
WILLIER, 2002
El Mercatone de Pantani abandona Bianchi y se echa en manos de Willier para probar el primer cuadro de carbono para etapas en línea. Pese a todo la bici se sube a los 7,9 kilos aunque el cambio, sobre todo estético, es más que evidente. Eso sí, las piernas del Pirata ya no eran las mismas.
CARRERA, 2003
La última bicicleta del Pirata. Vuelve a los orígenes con Carrera, pero su estrella se ha apagado. Ya no es el ciclista más deseado y la marca italiana no hace un esfuerzo extra. Pantani se quejó de este modelo de bicicleta que pese a ser de carbono empeoraba al de un año antes de Willier.