La bicicletas más rápidas del mundo… necesitan que alguien esté encima para dar pedales. ¿No? Por eso nos fuimos a la contrarreloj de La Vuelta a España en Valladolid, para investigar desde dentro los últimos avances tecnológicos y las mejoras aerodinámicas en las bicicletas contra el crono. Eso sí, nada tiene que ver con las de triatlon porque la UCI mantiene unas normas explícitas que nadie se puede saltar.
Por eso el protocolo de una contrarreloj siempre implica la revisión de los jueces. Todas las bicicletas pasan por las manos de la UCI, que comprueban distancias, telemetría, pesos… unos minutos antes de que el ciclista suba la rampa de salida. En Valladolid los Vingegaard, Roglic, Ayuso, Evenepoel y compañía llegaban a la zona de control con el chaleco de hielo puesto y esperaban pacientemente a que los jueces les dieran el ok. Mientras, el auxiliar vigilaba la bici, limpiaba los tubulares finos para que no quedase incrustada ninguna pequeña piedra y algunos (todos los Jumbo) incluso hacían rodillo para no perder el tono muscular.
La contrarreloj era totalmente plana, de solo 25 kilómetros, con un trazado urbano sin curvas de frenar y casi sin viento. Eso suponía que se podían alcanzar medias de velocidad estratosféricas. Son las bicicletas más rápidas del mundo, en uno de los escenarios más propicios y llevadas por ciclistas que en menos de media hora de esfuerzo pueden mover más de 6 vatios/kilo. El resultado, Ganna y Evenepoel rodaron a más de 55 kilómetros por hora. Roglic, Almeida y Vlasov a más de 54 y hasta una docena de ciclistas más, Vingegaard, Kuss y Ayuso entre ellos, a más de 53 por hora. Velocidades de vértigo que suponen lanzar durante muchos minutos la bicicleta por encima de 60 por hora. Todo es cuestión de piernas y corazón, pero también de detalles aerodinámicos y de peso que vamos a revisar.
BIDONES AERO, CARENADO, LENTICULARES…
Las bicicletas de contrarreloj para competir en una carrera de la UCI debe cumplir unas medidas, así que el diseño acaba siendo similar en la mayoría de las marcas. No se pueden salir de la norma porque no podrían ser usadas por los ciclistas. Así de claro. Por eso casi todos los cuadros se parecen. Horquilla delantera recta y tirantes traseros muy por debajo de la tija del sillín. Solo las Cervelo rompen la estética con los tirantes traseros saliendo de la misma línea de la tija. Rueda delantera con perfil de más de 60, algunas con tres palos, como las Lapierre, Look, Giant y Pinarello y detrás la obligatoria rueda lenticular.
Todas tienen su bidón especial aero que se adapta al cuadro. La mayoría en el tubo oblicuo, menos las Colnago, que van en la parte baja del cuadro. Eso sí, ninguno de los Jumbo con opciones en la general, Kuss, Vingegaard y Roglic, ni Remco Evenepoel utilizaron bidón. Ni tan siquiera llevaban el porta. Menos peso y mejor aerodinámica.
El carenado en el pecho también se ha puesto de moda para la contrarreloj. Ya lo utilizó en un Criterium Internacional en 2011 Frank Schleck. En aquella ocasión era una Camel Back y la UCI lo acabó prohibiendo. Ahora se ha vuelto a emplear, sobre todo después de lo que hiciesen algunos triatletas. En la crono lo llevaban Mikel Landa y Enric Mas, entre otros. En teoría hace que el cuerpo del ciclista sea más aerodinámico.
La altura de los manillares también ha cambiado. A principios de este siglo el objetivo era que el ciclista fuese lo más abajo posible en la bicicleta de contrarreloj para ser aerodinámico. Con el paso de los años los biomecánicos se dieron cuenta de que eso requería una gran flexibilidad del ciclista, que muchos eran incapaces de ir en esa posición y que acababan levantando demasiado la cabeza, ofreciendo dos puntos de entrada en el aire y reduciendo la velocidad. Ahora la tendencia es a colocar alzas de más de 6 centímetros para llevar el manillar más elevado, para que el ciclista vaya más cómodo y pueda ir todo el rato con el casco lo más cerca posible del manillar. Eso sí, los ciclistas de menos de 1,75, como Evenepoel o Vingegaard todavía van abajo.