La Vuelta 2019 tiene montaña y dureza y para afrontar este tipo de etapas, como la de Los Machucos, los equipos profesionales echan manos de los modelos bicicletas escaladoras de cada una de las marcas que les patrocinan. Desde hace años casi todas las marcas segmentan las bicicletas de carretera en aero, escaladora y gran fondo. A nivel de usuario pueden jugar con el peso de las mismas, pero en profesionales no. Menos de 6,8 kg está prohibido. Así que toca lastrar muchos de los modelos de cuadro más escaladores y ligeros.
Esa limitación de peso también hace que algunos ciclistas, sobre todo los más llaneadores, no utilicen las versiones escaladoras de la marca que les patrocina para las etapas de alta montaña y sigan con su bici aero, sobre todo para sacar partido a los tramos llanos y a los descensos. El escalador, por normal general, siempre echa mano de la versión más rígida de la marca. En la galería de fotos se puede ver, con equipos como el Sunweb, que en la línea de salida de Bilbao tenía mezcladas las Cervelo R5, el modelo más ligero, con las Cervelo S5, el más escalador. Igual que el Deceuninck Quick Step con las Specialized, unos con la ligera Tarmac y otros con la rápida Venge.
Y luego hay casos curiosos, como los del Burgos BH. El único que llevaba la versión escaladora, la Ultralight, era Ángel Madrazo, y personalizada con los colores del maillot de la montaña, el resto con la nueva G8, en teoría la versión más aero de la marca. El Team Ineos, por ejemplo, no cambia de modelo dependiendo de las circunstancias de carrera, siempre con la Pinarello F12. Igual que el Jumbo Visma del líder Roglic, todos con la Bianchi Oltre XR4, eso sí, la del esloveno personalizada con su propia pintura.
Y luego está el juego con los discos. Desde que se han conseguido aligerar el peso de este sistema de frenado ya hay muchos equipos que lo utilizan también para la alta montaña. El Education First llevaba la Cannondale SuperSixEvo con discos, el Kastusha igual, la Canyon Ultimate con discos. En Movistar, pues una mezcla, todos con zapata menos las Canyon Ultimate de Marc Soler y Oliveira, que están probando el nuevo sistema de freno.
Otra de las cosas con las que juegan es el perfil de las ruedas. Normalmente para la montaña se reduce porque son más ligeras y no hace falta tanta aerodinámica. Mejor una rueda con poco perfil y rígida. Por eso la mayoría de los escaladores lleva la versión que no pasa de 35 o 40 mm de perfil. Una vez más, los más llaneadores siguen confiando en su fuerza en los tramos de bajada con 45 mm y algún que otro 50 como las Bora Ultra del Lotto Soudal, las Zipp del Katusha o las Vision de Deceuninck y Burgos BH.
Y para los desarrollos… pues aquí tocaba echar mano de las coronas grandes, aunque con una amplia variedad. Primero los que jugaban con el plato pequeño. Muchos 39, los 37 del Sram de Trek, bastantes 36 y algún que otro 34 para las rampas más duras. Por detrás, desde el 28 al 32, para no quedarse parado en la rampa del 23% de Los Machucos.
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